
26/06/2025
Hoy celebro mi primer don revelado y mi vocación nacida del alma.
Porque ser pedagoga no fue solo una carrera, fue mi primer acto de amor hacia el mundo.
Desde niña, sentí en mi pecho esa chispa que guía, que acompaña, que enseña.
Hoy reconozco que enseñar no es solo transmitir… es sembrar, es tocar almas, es despertar corazones.
Pero la vida, con su delicadeza sabia, me mostró que dentro de mí también vivía otro don,
uno más sutil, más profundo, más escondido mi ikigai.
El arte de sanar.
Y entonces supe que no era una elección entre uno y otro,
porque enseñar es también sanar,
y sanar es también enseñar.
En mi voz hay guía.
En mis manos, alivio.
En mis pasos, el eco de dos vocaciones que se funden en una sola esencia:
amar y servir.
Celebro con orgullo el Día del Pedagogo,
porque ahí comenzó mi vuelo.
Y espero con gozo el Día del Fisioterapeuta,
porque ahí mis alas se hicieron fuertes.
Hoy me abrazo con ternura.
Me reconozco. Me honro.
Y agradezco por cada alma a la que he tocado con mi enseñanza,
y por cada cuerpo que ha confiado en mí para encontrar alivio.
Soy maestra. Soy sanadora.
Soy luz en camino.
Soy yo, completa.
Gracias, gracias, gracias!