29/07/2025
Como profesional, como persona y, en particular, como mujer, anhelo profundamente que las perspectivas sobre las manifestaciones de afecto evolucionen. Aspiro a un futuro donde un gesto de cariño entre hombres no sea objeto de asombro, sospecha o juicio, sino una expresión natural y bienvenida de la conexión humana. La represión emocional impuesta por el patriarcado ha forjado cadenas invisibles que no solo limitan a los hombres en su capacidad de dar y recibir afecto, sino que también nos afectan a las mujeres al perpetuar roles de género restrictivos y expectativas dañinas.
Es tiempo de liberarnos de estos yugos emocionales. Deseo que, en un futuro cercano, podamos presenciar y celebrar cualquier forma de afecto genuino sin la sombra de prejuicios, roles de género anticuados o la necesidad de sexualizar cada interacción. Solo así podremos aspirar a una plenitud emocional y a una anhelada libertad que beneficie a todos, hombres y mujeres por igual.