
22/09/2025
¿A quién le gusta admitir la derrota total? A casi nadie, por
supuesto. Todos los instintos naturales se rebelan contra la
idea de la impotencia personal. Es verdaderamente horrible
admitir que, con una copa en la mano, hemos deformado
nuestra mente hasta tener una obsesión por beber tan des-
tructiva que sólo un acto de la Providencia puede librarnos
de ella.