29/04/2025
A veces creemos que solo estamos verdaderamente vivos cuando las cosas van bien, cuando todo fluye y nos sentimos en paz o felices. Pero también hay vida en el dolor: en cada lágrima, en cada suspiro, en cada pregunta sin respuesta.
Sentir profundamente, sea placer o dolor, es una prueba de que estamos aquí, que estamos habitando nuestro tiempo y nuestro cuerpo.
No se trata de romantizar el sufrimiento, sino de reconocerlo como parte del movimiento vital, como algo que también nos conecta con nuestra existencia, nuestra vulnerabilidad y nuestra capacidad de transformación.
Cada emoción, incluso las difíciles, habla de nuestra presencia en el mundo.
Psic. Frida Fuentes