02/06/2025
Oʙsᴇʀᴠᴀ ʟᴀ ᴇᴍᴏᴄɪᴏ́ɴ!
En el complejo entramado de nuestras vidas, las emociones juegan un papel fundamental, impulsándonos, frenándonos o incluso, a veces, confundiéndonos.
En el ámbito de la atención psicológica, una de las herramientas más valiosas que podemos aprender a utilizar es la de "dar un paso atrás y observar la emoción".
Esta técnica no implica reprimir o ignorar lo que sentimos, sino más bien adoptar una perspectiva diferente, casi como un científico que analiza un fenómeno.
Cuando una emoción intensa nos embarga, ya sea ansiedad, tristeza, enojo o alegría desbordada, es común sentirnos arrastrados por ella, como si fuéramos uno con esa emoción.
En esos momentos, nuestra capacidad de pensar con claridad o de tomar decisiones conscientes puede verse comprometida.
Aquí es donde entra en juego la invitación a dar un paso atrás.
Imagina que tu emoción es una ola gigantesca. En lugar de zambullirte en ella y dejarte arrastrar por su fuerza, la técnica te propone salir del agua por un momento y observarla desde la orilla.
¿Qué ves? ¿Cómo es esa ola? ¿Es alta o baja? ¿Tiene mucha espuma? ¿Cuál es su trayectoria?
Al hacer esto, te das cuenta de que tú no eres la ola; eres quien la observa.
En el contexto psicológico, observar la emoción implica:
* Reconocerla sin juicio: Simplemente notar que está presente, sin etiquetas de "buena" o "mala", "correcta" o "incorrecta".
* Identificar sus características: ¿Dónde la sientes en tu cuerpo? ¿Qué pensamientos la acompañan? ¿Qué sensaciones físicas te provoca?
* Permitirle estar: En lugar de luchar contra ella o intentar que desaparezca, le das espacio para que exista, sabiendo que, como todas las cosas, las emociones son transitorias.
* Crear una distancia: Esta distancia te permite diferenciarte de la emoción. Te ayuda a recordar que, aunque la sientas intensamente, no te define por completo.
Eres más que tu enojo, tu tristeza o tu miedo.
Esta práctica, a menudo fundamentada en principios de mindfulness o atención plena, nos empodera. Nos devuelve el control sobre nuestras respuestas en lugar de ser meras víctimas de nuestras reacciones automáticas.
Al observar la emoción, podemos empezar a entender su mensaje, identificar los patrones que la desencadenan y, en última instancia, elegir cómo queremos responder a ella de una manera más consciente y constructiva.
Dar un paso atrás y observar la emoción es una habilidad que se cultiva con la práctica. Al principio, puede parecer desafiante, pero con el tiempo, se convierte en una herramienta invaluable para navegar nuestro mundo emocional con mayor sabiduría y resiliencia.
No se trata de eliminar las emociones, sino de aprender a relacionarnos con ellas de una manera más sana y efectiva.
́npsicológica