18/06/2025
El amor es un lazo simbólico que se teje entre sujetos, y que toca las fibras más profundas de la constitución psíquica.
Amar implica ser mirado, no solo con los ojos, sino desde un lugar donde el otro nos reconoce más allá de lo aparente. En esa mirada, se despliega algo del deseo, algo de lo que fuimos y de lo que aún buscamos ser.
“Anidar en la mirada del otro” es alojarse en un espacio simbólico donde somos significados, donde se nos da un lugar. No se trata de fusión ni completud, sino de inscripción: el amor inscribe al sujeto en el campo del lenguaje, del deseo, del reconocimiento.
Ese nido no es garantía de paz, pero sí de existencia, es compromiso de trabajo psíquico, vincular, social…
Ser alojado en la palabra o en la falta del otro, es también una forma de nacer psíquicamente. El amor, así, no llena vacíos, pero los vuelve habitables.
Amar es un trabajo que cuando se asume como tal, genera sentido y esperanza. No es trabajo sencillo, no tendría porque serlo, es complejo, humano y nos confronta con lo propio.
En el amor, cuando es genuino, no se trata solo de dar; se trata de permitir al otro ser sujeto, es ahí donde se funda el lazo.
Te deseo lazos de paz, esos que has estado anhelando tanto.
Psic. Paulina Vera