
30/07/2025
"Se fue sin estrenar sus zapatos preferidos..."
Así lo contó su hermana, con la voz temblorosa, mientras observaba la caja cerrada en un rincón del clóset.
Llevaban ahí bastante tiempo. Eran unos tacones color vino, elegantes, hermosos. Los había comprado con entusiasmo, esperando usarlos en “una ocasión especial”.
Pero esa ocasión nunca llegó.
Siempre surgía algo más importante: el trabajo, la rutina, el agotamiento, el “no tengo con quién ir”, el “mejor los reservo para algo que valga la pena”.
Y así pasaron los días, luego las semanas, después los años.
Hasta que un día, el dolor en el pecho le obligó a hacer una pausa.
Y justo cuando pensó en por fin usar esos zapatos y consentirse un poco… ya no pudo levantarse.
Nunca los estrenó.
Estaban ahí, junto a un vestido nuevo, con las etiquetas aún colgando, esperando un día perfecto que jamás apareció.
Mientras su familia se encargaba de todo para despedirla, su hermana no dejaba de repetir:
—¿Te imaginas cuántas cosas se quedó con las ganas de hacer?
Qué triste… se fue sin vivir tantas experiencias por esperar “el momento ideal”.
Por eso hoy te lo digo desde el alma:
No guardes lo bonito para después. Ponte el perfume aunque no salgas. Estrena esos zapatos. Usa ese vestido. Brinda por ti. Tómate esa foto. Celebra lo cotidiano.
Porque estar vivo es ya un regalo.
Ese café que estás tomando ahora… Esa charla con tus hijos… Ese desayuno con tus papás… Ese abrazo que postergaste para “más tarde”…
Todo eso… ya es un motivo para celebrar.
No permitas que la vida te deje esperando dentro de una caja sellada.
Porque el verdadero momento… es hoy.