
17/06/2025
Un piercing en la lengua no es solo un adorno. Puede convertirse en un foco de problemas graves si no se cuida meticulosamente y si el paciente mantiene hábitos nocivos.
El roce constante del piercing (especialmente la bolita metálica) contra las encías de los dientes inferiores puede causar que la encía se retraiga.
Esto deja expuesta la raíz del diente, generando sensibilidad, riesgo de caries radicular, infecciones o incluso pérdida del diente.
El contacto repetido del metal contra los dientes puede provocar microfracturas, astillamientos o fracturas severas en el esmalte.
En casos extremos, se han documentado pérdidas de piezas dentales por trauma repetido.
El proceso de perforación en la lengua puede dañar nervios o vasos sanguíneos, lo que lleva a pérdida parcial de sensibilidad o satuvo exngrados intensos.
Hay riesgo de infecciones serias como abscesos o incluso infecciones sistémicas (endocarditis, si hay predisposición).
Puede interferir con funciones como el habla, la masticación y la deglución.
El proceso de perforación en la lengua puede dañar nervios o vasos sanguíneos, lo que lleva a pérdida parcial de sensibilidad o sangrados intensos.
Hay riesgo de infecciones serias como abscesos o incluso infecciones sistémicas (endocarditis, si hay predisposición).
Puede interferir con funciones como el habla, la masticación y la deglución.
La irritación crónica, microtraumatismos persistentes, mal higiene, tabaco y alcohol son factores conocidos de riesgo para el desarrollo de cáncer oral.
Las lesiones en lengua, combinadas con estos hábitos, pueden evolucionar a displasias o carcinomas escamosos, especialmente si no se detectan a tiempo.