08/07/2025
A pesar de su nombre, las cuerdas vocales no son cuerdas: son pliegues musculares cubiertos de mucosa en la laringe.
Cuando hablamos o cantamos, el aire aspirado desde los pulmones hace vibrar entre 100 y 1000 veces por segundo.
Estas vibraciones rápidas generan el sonido de la voz, modulando su frecuencia según la tensión muscular y la presión del aire.
Una soprano puede alcanzar vibraciones superiores a 1000 por segundo en notas agudas, sin dañar sus tejidos vocales.
A diferencia de una cuerda de guitarra, las cuerdas vocales no se tensan desde extremos fijos ni suenan al golpearlas.
Su vibración es autooscilante: el aire provoca apertura y cierre rápidos, gracias a la presión subglótica y al efecto Bernoulli.
Cada persona tiene un timbre único, resultado de diferencias en cuerdas vocales, cavidades nasales, boca y resonancia corporal
Por eso, tu voz es tan individual como tu rostro: una firma acústica irrepetible que la ciencia sabe explicar.
