19/09/2024
¿Has escuchado lo de “un bolillo para el susto”? Es como si fuera la cura mágica de las abuelas cuando algo nos asusta, ya sea un temblor, un perro corriendo detrás de ti o una noticia inesperada. Pero, ¿realmente sirve?
Cuando nos asustamos, nuestro cuerpo entra en modo “lucha o huye”, y el cerebro comienza a pedir más energía, en forma de glucosa, para enfrentar la situación. Comer algo con carbohidratos, como un bolillo, le da a tu cerebro esa glucosa que necesita para relajarse y volver a la normalidad.
Eso sí, este truco funciona mejor si llevas varias horas sin comer. Si ya has comido recientemente, tu cuerpo tiene suficiente glucosa, ¡y el bolillo solo será un antojo extra! Así que la próxima vez que te digan “un bolillo para el susto”, sabrás que es más una tradición que una necesidad… ¡pero siempre es buena excusa para disfrutar un pan!