
29/05/2025
“Toda transformación exige como condición previa el fin de un mundo.”
—Carl Jung.
Muchos quieren cambiar, pero pocos están dispuestos a enterrar la versión anterior de sí mismos.
Decimos que queremos evolucionar, pero seguimos dándole la mano a los mismos hábitos, frecuentando y escuchando a las mismas personas, refugiándonos en las mismas excusas.
Y aquí es donde entra la verdad terapéutica:
No puedes construir una vida nueva si sigues dándole energía a la vieja.
Analogía del volcán:
Un volcán no pide permiso para transformarse.
Para crear nueva tierra, primero tiene que romper la que ya existe.
No hay vida fértil sin lava que destruya lo estéril.
Y en psicoterapia pasa igual:
Si quieres sanar tu autoestima, tendrás que dejar de buscar validación externa.
Si quieres relaciones más sanas, tendrás que renunciar a la necesidad de complacer a quienes no respetan tus límites.
Si quieres paz mental, deberás cerrar ciclos, aún cuando no tengas el final que esperabas.
Cambiar no es solo “sumar cosas nuevas”. Es renunciar activamente a lo que ya no funciona, aunque eso te deje incómodo por un tiempo.
No hay mayor madurez emocional que elegir lo que duele un poco hoy, en vez de seguir con lo que te destruye lentamente cada día.
Y como diría Epicteto:
“No es que tengamos poco tiempo, es que perdemos mucho.”
Haz que tus decisiones construyan el mundo que sí quieres habitar.