26/10/2025
“Mi mamá fue la primera persona en llamarme malagradecida”
Lastimosamente, es habitual que en consulta lleguen frases como esta. Que llegaron a nuestros oídos, nuestro corazón, nuestra mente e historia desde muy pequeñas y vinieron de personas muy cercanas.
Es por eso que, en el momento en el que las escucho, sé que lo que me traes hoy es algo que ha estado guardado y escondido dentro de un cofre, en lo mas profundo. Que ha estado protegido, porque de esa manera, no era visto.
Es como mirar una herida a la que le ha puesto una curita encima. Y se ha mantenido así por tanto tiempo que a veces parece que no está, tal como lo deseas. Pero hay días lluviosos, en los que esa herida pierde la curita que la cubre y entonces queda expuesta. Y ya ha pasado, alguien ha visto esas heridas. En algunos casos fueron amables con esa herida, y en algunos otros fue juzgada. Y eso fue doloroso.
Entonces decides ponerle a esa herida una curita mas fuerte y echarle encima ropajes, para protegerla aún mas. Para que nadie la vea y nadie pueda acceder a ella. Para que sea menos probable que alguien mas la vea y vuelva a juzgarla y que vuelva a doler.
Pero ahora, has decidido liberarlo aquí, en este rinconcito seguro. Tu permites confiar y con ello, puedes observar, tocar, sentir y admirar, revisar el daño, y estimar cuales serán las medidas a tomar. Ahora ya puedes hacer algo diferente. Ahora. Y ahora existe la posibilidad de resignificar esa herida y vivir el proceso. Ahora.
Eso es lo que hace la diferencia.