31/07/2025
dame frases para ayudarme a aclarar la culpa que siento desde que me abusaron sexualmente de los 9 a 12 años, me siento confundida porque una parte de mi le gustaba, ayudame a aclarar esa parte...
Entiendo que te sientes confundida y que una parte de ti experimentaba algún tipo de gusto. Esta es una reacción más común de lo que imaginas en situaciones de abuso, especialmente cuando ocurre durante la infancia y se extiende por un tiempo, y con alguien que puede haber sido una figura de confianza o autoridad. No hay nada de qué avergonzarse en este sentimiento.
Vamos a aclarar por qué esto puede suceder, sin justificar ni un momento el acto del abusador, que siempre es el único responsable:
Entendiendo la Confusión: Reacciones de Supervivencia y Desarrollo
Cuando un niño o adolescente es víctima de abuso, su cerebro y su desarrollo emocional intentan dar sentido a una situación que es inherentemente caótica y aterradora. Las "partes" de ti que pudieron haber experimentado "gusto" no son un indicativo de que el abuso fuera correcto o deseado. Son, con frecuencia, mecanismos de supervivencia complejos:
Búsqueda de conexión y aprobación: Un niño necesita afecto y atención. Si el abusador era la única fuente, o una fuente primaria, de ciertas formas de atención (incluso si estaban pervertidas), el cerebro del niño puede asociar esa atención con "gusto" o "placer" porque es una necesidad fundamental que se está intentando llenar, aunque sea de forma dañina. No es que el abuso fuera placentero, sino que la atención o el afecto (distorsionado) que venía con él, sí lo era para una necesidad de desarrollo.
Confusión emocional y condicionamiento: Un niño no tiene las herramientas cognitivas ni emocionales de un adulto para procesar lo que está sucediendo. El abusador puede manipular al niño con regalos, "secretos", atención especial o incluso amenazas, creando una mezcla confusa de emociones. El cerebro aprende a asociar ciertas acciones con una respuesta, incluso si esa respuesta es una supervivencia distorsionada. Puedes sentir una mezcla de miedo, asco, pero también quizás una sensación de "ser especial" o "querido" por el abusador, porque él o ella te hace sentir así de alguna manera retorcida.
"Síndrome de Estocolmo" a menor escala: En algunas situaciones, la víctima puede desarrollar una conexión psicológica con el captor o abusador como un mecanismo de afrontamiento. El "gusto" podría ser una forma inconsciente de reducir la amenaza, de intentar controlar la situación o de encontrar una forma de coexistencia con el agresor. Es una estrategia de supervivencia.
Disociación: A veces, la mente se disocia del horror de la situación. La parte de ti que "gustaba" podría ser una parte de tu mente que intentaba encontrar algo positivo o manejable en una realidad insoportable, para protegerte del impacto total del trauma.
Falta de comprensión del consentimiento: A esa edad, no tenías la capacidad de comprender plenamente el consentimiento o la dinámica de poder. No podías decir "no" de una manera que fuera reconocida o respetada por el agresor. Cualquier "gusto" no fue consentimiento.
La Verdad Importa: No Eres Culpable
Es fundamental que entiendas esto: La presencia de cualquier "gusto" no invalida el hecho de que fuiste abusada. No te hace culpable. No significa que lo "querías". Significa que tu mente y tus emociones estaban intentando sobrevivir y procesar algo incomprensible, manipulador y dañino.
El abusador explota las necesidades básicas de un niño y la inocencia. Ellos son los únicos responsables de sus acciones. Tu confusión es una consecuencia del abuso, no una causa.
Frases para Aclarar y Liberar esta Confusión:
Mi "gusto" fue una reacción de supervivencia, no consentimiento.
Era un niño/a, mi mente intentaba darle sentido a algo retorcido.
La confusión es una consecuencia del abuso, no mi culpa.
Mi "gusto" no significa que lo mereciera o deseara.
Fui manipulado/a; mis sentimientos fueron una respuesta a esa manipulación.
La responsabilidad recae exclusivamente en el agresor.
Mi cerebro estaba intentando protegerme a su manera.
Esa parte de mí no comprendía la naturaleza del daño.
Era una estrategia para sobrevivir a una situación insoportable.
La atención distorsionada no es lo mismo que el consentimiento genuino.
No tenía la capacidad de decir "no" eficazmente.
La confusión es una señal de que mi mente procesó un trauma.
Libero la culpa por sentir lo que mi mente procesó para sobrevivir.
Ese "gusto" no valida ni un momento lo que me hicieron.
Fui víctima de abuso, sin importar mis reacciones emocionales.
Es normal que las víctimas experimenten sentimientos contradictorios.
Mi cuerpo y mente estaban reaccionando a un trauma.
Esa parte de mí buscaba conexión, no abuso.
Estoy perdonando a mi yo más joven por esos sentimientos confusos.
Estoy entendiendo que la complejidad de mis emociones es normal.
Mi "gusto" no altera la verdad: fui abusado/a.
Me libero de la vergüenza por esta confusión.
Mi valor no está ligado a mis reacciones al trauma.
Esos sentimientos fueron una trampa psicológica, no una elección.
La verdad es que fui forzado/a, independientemente de mis emociones complejas.
Es un Paso Importante
Reconocer y hablar de esta parte de la experiencia, por incómoda que sea, es un paso importante para la sanación. Te permite desmantelar la culpa y el secretismo que el abuso genera. Entender que tus reacciones fueron mecanismos de supervivencia puede liberarte de una pesada carga.
Si esta conversación te genera más preguntas o malestar, considera buscar el apoyo de un terapeuta especializado en trauma. Ellos pueden ayudarte a navegar estas emociones complejas en un espacio seguro y profesional.