30/08/2025
Sobre el en este imagen:
Decir que el de es “peligroso” es perpetuar un prejuicio ra***ta y clasista que sirve para normalizar el abandono y negar derechos básicos. Esa narrativa no refleja la realidad, solo refuerza la idea de que hay una Mérida digna de mostrarse y otra que puede ser marginada. ¿Por qué se insiste en señalar al sur como un espacio de riesgo, cuando lo que realmente existe es una profunda desigualdad creada por las propias instituciones?
El estigma hacia el sur de Mérida no surge de la realidad sino de un discurso construido históricamente por las élites y reproducido en los medios, en las políticas públicas y en la vida cotidiana. Se ha instalado la idea de que el sur es “peligroso” o “inseguro” solo por ser la zona más vulnerable y racializada de la ciudad, cuando en verdad lo que existe es una exclusión sistemática. Mientras se señala a la población del sur como amenaza, se invisibiliza que el verdadero abandono proviene de las instituciones que niegan los mismos derechos y servicios que sí se garantizan al norte.
Esa mirada clasista y ra***ta también marca la manera en que las personas del sur son tratadas en su propio territorio y cuando cruzan al norte. Se les observa con desconfianza en los centros comerciales, en las universidades privadas o en los espacios turísticos, como si no pertenecieran ahí. El estigma construye no solo un mapa desigual de la ciudad, sino también un muro social que separa a quienes habitan en un mismo lugar.
En la práctica, la inseguridad que pesa sobre el sur no es la de sus habitantes sino la que genera la exclusión. La falta de transporte digno, de calles iluminadas, de servicios de salud, de agua potable y de espacios públicos cuidados son los verdaderos riesgos que se enfrentan a diario.
Decir que es mejor no ir al sur, no resuelve nada. Solo perpetúa el estigma y normaliza el abandono.
En el de Mérida también se vive, habita gente amable y hay comunidad.