12/09/2025
Comparto el discurso que realicé el día se hoy en el Congreso del Estado de Yucatán. Gracias por su lectura y por compartirlo:
Muy buenos días a todos los panelistas.
Agradezco al Congreso del Estado de Yucatán y al Colegio de Psicólogos del Estado de Yucatán por su invitación a este evento.
Distinguidos diputados que hoy nos acompañan,
invitados especiales,
medios de comunicación
y todos aquellos que, por redes sociales, también están presentes:
Dicen en todas partes,
cientos de fuentes y bibliografías,
que el suicidio es multifactorial. Sin embargo… sí tiene, dentro de todos esos factores, una causa: el sufrimiento.
La persona sufre tanto que no ve otra salida mejor que quitarse la vida.
Pero la muerte no es el fin.
El objetivo es dejar de sufrir.
Para no ver la salida, se tiene que dejar de ver la realidad.
Y esa es la verdad del suicidio:
una persona con riesgo suicida elevado o inminente no está mirando la realidad…
y por ello no ve cómo poder mejorar su situación.
Esto tiene una explicación médica y psicológica. Y si no la comprendemos,
no podremos detener los elevados índices de suicidio: un problema de salud en Yucatán que no se ha atendido correctamente.
Casi todos saben qué es la diabetes:
un padecimiento heredado de padres a hijos por un gen anómalo que se activa por la alimentación hipercalórica o alta en azúcar.
Ese gen hace que una hormona, llamada insulina, deje de funcionar.
La insulina convierte el azúcar en energía para el cuerpo.
A falta de insulina, el organismo se llena de azúcar.
El mejor tratamiento consiste en darle insulina al paciente y en una dieta que elimine el detonante de ese gen,
es decir, una dieta sin azúcar.
Con la depresión, la ansiedad y muchos padecimientos mentales ocurre de la misma manera. Los padres o abuelos heredan un gen anómalo al hijo. Por eso, al revisar la historia familiar de nuestros pacientes, vemos que también han padecido alguna situación emocional.
Ese gen heredado se expresa de manera anómala debido a un detonante.
En este caso no es la comida…
son las emociones: un susto, un duelo, una fobia, etcétera.
Ese gen hace que una hormona llamada serotonina deje de generarse o se descontrole. Y eso arrastra a otros neurotransmisores, haciendo que la persona… no pueda ver la realidad.
El tratamiento consiste en regresarle esos neurotransmisores a la persona
mediante una pastillita que conocemos como neuromoduladores.
La gente les llama “antidepresivos”.
Los médicos, inhibidores selectivos de recaptura de serotonina y noradrenalina.
Pero no es suficiente.
También necesitamos darle al paciente una dieta. No una dieta alimenticia, sino una dieta emocional… y se llama psicoterapia.
Por desgracia, en la carrera de medicina,
el tema del suicidio y de la depresión se ve en una clase de apenas 45 minutos…
máximo dos horas.
¡Dos horas en los siete años que dura la carrera!
Muchos médicos y psicólogos desconocen la verdad detrás del suicidio. Y si los profesionales no lo saben… por desgracia, la sociedad menos.
A quien piensa en quitarse la vida se le tacha de loco, de exagerado, incluso de pecador aunque la religión católica ya no lo considera así, al comprender el fundamento del suicidio y de la depresión.
En Yucatán, las escuelas carecen de protocolos estandarizados para la contención emocional. Hoy está en auge el Código 100 como protocolo de apoyo.
Pero este culmina en el envío al hospital psiquiátrico… un hospital que no tiene cupo, no cuenta con medicamentos,
no puede con la enorme carga de trabajo y no acepta pacientes enviados de consultorios ni de hospitales privados.
Entonces me pregunto:
¿cuándo hará algo el gobierno de Yucatán al respecto?
Por lo anterior, creé un protocolo estandarizado de atención llamado V.I.D.A.: cuatro pasos para la atención de crisis que cualquier persona puede llevar a cabo sin necesidad de conocimientos en psicología o medicina.
Espero publicarlo muy pronto para su uso general vía Facebook.
Por otro lado, enfrentamos otra problemática: cientos de personas ejercen como psicoterapeutas sin una cédula. Algunos psicólogos solo “dan consejos”. Otros ofrecen chamanería, astrología u otras pseudociencias que carecen de evidencia científica
y que en lugar de ayudar, afectan.
¿Por qué la medicina como la cirugía sí está regulada… pero la atención psicoterapéutica no? Un diplomado o un curso no te hacen profesional de salud.
Presenté a la presidencia anterior del Colegio de Psicólogos una propuesta de certificación en psicoterapia,
y lo haré de nuevo con la actual.
También estoy dispuesto a entregarla a cualquier diputado, sin importar el partido político, que tenga la intención de trabajar en conjunto en una ley que mejore el apoyo a las personas que no pueden ver la realidad, que sufren,
y que se encaminan hacia la ideación suicida.
Sin duda, tenemos oportunidades de mejora. Está en nuestras manos,
y en especial en las de ustedes, gobernantes,
hacer algo al respecto.
La sociedad civil,
los médicos,
los psicólogos…
estamos abiertos a la colaboración y al aprendizaje.
Solo faltan ustedes.
Gracias.