
07/05/2025
Un cuento para quienes sienten que nunca alcanzan la felicidad
Aunque tengan trabajo. Aunque tengan familia. Aunque tengan salud.
Aunque aparentemente no les falte nada…
Sienten ese vacío difícil de explicar.
Ese hueco que te hace pensar que tal vez, si tuvieras un poco más, ahora sí podrías ser feliz.
A eso le llamaban el Círculo del Noventa y Nueve.
Había una vez un rey que lo tenía todo: poder, lujos, respeto, sirvientes. Pero no era feliz. Siempre sentía que algo le faltaba. Como si le debieran una parte de la vida.
Un día, vio a uno de sus sirvientes barriendo los pasillos del palacio. Era un hombre sencillo, con ropa gastada, pero una sonrisa que iluminaba todo. Cantaba mientras trabajaba. Se notaba que era feliz de verdad.
El rey, intrigado, le preguntó a su consejero:
—¿Cómo puede ese hombre ser feliz teniendo tan poco?
El sabio respondió con serenidad:
—Porque no ha entrado al Círculo del Noventa y Nueve.
—¿Y qué es eso? —preguntó el rey.
—Déjame mostrártelo.
Esa noche, dejaron frente a la puerta del sirviente una bolsa con noventa y nueve monedas de oro y una nota:
“Este tesoro es tuyo. Úsalo como quieras.”
Al amanecer, el sirviente la encontró. Emocionado, corrió a contar las monedas:
—Uno, dos, tres… ¡noventa y nueve!
Y entonces… algo se rompió.
—¿Noventa y nueve? ¿Por qué no cien?
En lugar de agradecer, empezó a preguntarse qué había pasado. Se obsesionó con la moneda que faltaba.
Dejó de cantar. Dejó de sonreír. Se volvió tacaño, calculador, ansioso. Quería esa moneda como fuera. Trabajaba el doble, no dormía igual… ya no era el mismo.
El rey, desde lejos, lo observaba todo.
Y el sabio le dijo:
—Majestad, eso es el Círculo del Noventa y Nueve. Pensar que nos falta “algo” para ser felices. Esa ilusión de que, si tuvieras un poco más, entonces sí… te sentirías pleno.
Pero no. El vacío no se llena con más cosas. Se llena con paz. Con gratitud. Con conciencia.
Moraleja:
A veces no nos falta nada… solo nos sobran expectativas.
Y si no aprendemos a disfrutar lo que ya tenemos, viviremos como ese sirviente: atrapados en un círculo que nunca se cierra.
¿Y tú? ¿Ya te diste cuenta cuántas monedas tienes… o sigues contando la que te falta?