26/05/2025
PRIMERO ELIMINAR LA CHATARRA, luego ya veremos.
Los niños con selectividad alimentaria existen. Niños que tienen rechazo a muchos alimentos, con problemas para soportar las texturas, con dificultades para adaptarse a la dieta familiar. Niños que si no hay lo que toleran, de veras no comen.
Pero la mayoría de los niños que vemos porque “no comen”, sí comen.
Toman jugos y refrescos y comida chatarra. Suelen estar bien de peso, aunque eso no significa que estén bien nutridos.
“Es que Margarita tiene ‘selectividad alimentaria’ doctor”, me dicen sus papás que ya leyeron algo en redes sociales y encontraron un pretexto para estacionarse en los malos hábitos.
Quieren “vitaminas”, que no ayudan en nada o algún tratamiento “quasi mágico” para que el escuincle coma. Y no entienden que sí come, pero puro mugrero.
Bien, a estos niños no los mando con los especialistas para resolver su problema. Se requiere trabajo interdisciplinario: nitriólogo, psicólogo, gastropediatra… no.
Les pido a los papás que eliminen la chatarra. Algunos lo hacen, pero no la mayoría. De los que entienen el problema, casi todos lo resuelven de esta forma. Los que no: con el nutriólogo y demás.
La mayoría, tristemente se quedan comiendo cheetos y refresco. Por eso tenemos en México el primer lugar en obesidad infantil. Y así seguiremos si no sacamos de nuestras casas toda esa comida chatarra.
Antes de hablar de “selectividad alimentaria”, retirar la chatarra.