12/08/2025
La idea de consultar un problema con la almohada y ver si se aclara por la mañana es común, pero ¿tiene fundamento científico?
Tu cerebro, esa caja tan ocupada, trabaja arduamente todo el día y no se detiene cuando duermes. No solo te llena de sueños mientras duermes, sino que también se dedica a resolver los problemas que te atormentaron durante el día, encontrando soluciones a menudo al despertar.
Alyssa Sinclair, investigadora postdoctoral de la Universidad de Pensilvania, descubrió algo similar en un estudio publicado el año pasado. Tras consultar con la almohada sobre una tarea difícil, las personas se mostraban más sensatas al día siguiente. «Cuando esperamos, cuando les permitimos consultarlo con la almohada, tomaron decisiones algo más racionales», afirma. «Ya no se sentían tan inclinados a evaluar los acontecimientos basándose únicamente en sus primeras impresiones».
Esta visión más mesurada de las cosas se debe en gran parte a la región del cerebro conocida como hipocampo , que es responsable de procesar los recuerdos a corto plazo y, durante el sueño, de ayudar a determinar cuáles de esos recuerdos se transferirán al almacenamiento a largo plazo y cuáles esencialmente se eliminarán.
“El sueño profundo, también llamado sueño de ondas lentas, proporciona las condiciones óptimas para que esta transferencia de memoria se produzca de forma eficiente, garantizando la conservación de las experiencias y el aprendizaje importantes, mientras que la información menos crítica se filtra”.
La resolución creativa de problemas mejora después de un período de sueño”, dice Sinclair, “lo que nos ayuda a reconstruir los hilos de lo que hemos estado pensando, filtrar la información irrelevante y llegar a una mejor conclusión cuando nos despertamos al día siguiente”.
