25/02/2025
LA FRECUENCIA CARDÍACA
Por José Rodrigo Garcia
Director de la Universidad del Deporte
🤓 La frecuencia cardiaca es el número de contracciones o latidos del corazón por minuto. Está regulada por varios elementos:
Mecanismos intrínsecos del corazón: como los descritos en la “Ley de Frank Starling”, en los que se establece que el corazón posee una capacidad propia de responder a volúmenes crecientes de flujo sanguíneo; es decir, cuanto más se llena de sangre un ventrículo durante la diástole, mayor será el volumen de sangre expulsado durante la subsecuente contracción sistólica. Esto significa que la fuerza de contracción aumentará a medida que el corazón es llenado con mayor volumen de sangre y ello es consecuencia directa del efecto que tiene el incremento de la carga sobre la fibra muscular.
Mecanismos extrínsecos: son principalmente propios del sistema nervioso (parasimpático “frena” al corazón, y el simpático lo “acelera”); bioquímicos (según la composición de la sangre) y mecánicos (relacionados; por ejemplo, con la tensión arterial).
Durante la actividad física, la frecuencia cardíaca aumenta conforme aumenta el tiempo y la intensidad del ejercicio. Al llegar a un nivel determinado, el corazón no puede aumentar el número de pulsaciones, porque si lo hiciera no le daría tiempo de llenarse adecuadamente, y es ese momento cuando se alcanza la frecuencia cardíaca máxima (FCM).
🎓Fórmula de “Astrand”
La fórmula más comúnmente utilizada para determinar la frecuencia cardíaca máxima de un sujeto, se conoce como Fórmula de Astrand, la cual se basa en restar la edad del individuo a 220. Por ejemplo, una persona de 30 años debería tener una frecuencia cardíaca máxima de 190 latidos por minuto. Al tratar de encontrar en la literatura científica la referencia de esta fórmula, no aparece. Incluso el propio Astrand reconoce que nunca la publicó, por lo que el término fórmula de “Astrand” resulta erróneo.
La primera referencia documentada de esta fórmula, es atribuida a Fox-Haskell, y data del año 1971, cuando S.M. Fox III, realizó un estudio con 35 pacientes, y concluyó que la fórmula 220 – edad podría estar, -no demasiado lejos-, de la realidad.
Los investigadores han continuado esforzándose para ofrecer aproximaciones más exactas al cálculo teórico de la frecuencia cardíaca máxima. Probablemente la fórmula que resiste mejor el análisis crítico es la fórmula de “Inbar”, del año 1994, la cual se basó en la observación de 1,424 personas sanas de entre 20 a 70 años. Inbar estableció que la frecuencia cardíaca máxima puede estimarse con la fórmula 205.8 – 0.685 x edad. Así que, volviendo al ejemplo, para una persona de 30 años, la frecuencia cardíaca máxima sería 205.8 – 0.685 x 30, es decir, 187.95 (188 lpm) latidos por minuto; con un error estimado (según el propio Inbar) de +- 6.4 latidos. Es decir, que a pesar de utilizar la fórmula que actualmente se reconoce como la más fiable, nos movemos con un margen de error.
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