Psic. Berenice Amador Burgos

Psic. Berenice Amador Burgos Psicoterapeuta. Ced. Prof. 12214772
Terapia Breve centrada en soluciones, Tanatología.

15/07/2025
05/07/2025

“Ser optimista, no es suficiente para que te vaya bien, pero ser pesimista sí es suficiente para que te vaya mal… al final el optimismo termina siendo necesario.”

Los sábados en el consultorio tienen su propio ritmo. La ciudad parece moverse en cámara lenta y el sol entra distinto p...
28/06/2025

Los sábados en el consultorio tienen su propio ritmo. La ciudad parece moverse en cámara lenta y el sol entra distinto por las ventanas, como si supiera que ese día se respira de otra forma. La primera paciente llegó puntual, con su conversación intensa, su mirada directa y esa mezcla entre vulnerabilidad y valentía que tanto admiro. Salió casi diez minutos después de la hora —porque a veces cuando algo importante se dice, no hay cronómetro que valga—, y yo me preparé para recibir a la siguiente.

Pero no llegó.

Pasaron cinco, diez, quince minutos. Silencio. Revisé el celular como quien revisa una promesa no cumplida. Nada. Ni un mensaje, ni una excusa, ni siquiera un emoji culpable. Nada.

Y ahí estaba yo, con una hora libre que no pedí, en medio de una jornada que aún no terminaba. Después de ella, tenía tres citas más. Lo cual hacía que este respiro inesperado se sintiera raro. No era descanso. Era… pausa. Una pausa sin música, sin explicación.

Me quedé sentada en el consultorio, en silencio, con mi café aún tibio. Al principio, hice lo típico: revisé correos, contesté mensajes pendientes. Pero después me rendí. Cerré el celular y miré alrededor.

La luz entraba por las persianas blancas con una delicadeza que pocas veces me doy tiempo de notar. La planta del rincón —esa que siempre creo que se me va a morir— tenía una hoja nueva, chiquita, verde brillante. Me reí. Tal vez mi falta de atención es justo lo que la está ayudando a sobrevivir.

Entonces me puse a imaginar. ¿Qué habría pasado con mi paciente? ¿Se le atravesó algo urgente? ¿Tuvo un momento de claridad tipo película de domingo y decidió que ya no necesita terapia? ¿O simplemente se quedó dormida después de una semana agotadora, como quien por fin se rinde al cansancio?

Cualquiera que fuera la razón, su ausencia me trajo una presencia que no siempre escucho: la mía. Me descubrí cómoda en mi propio espacio. Miré mis libretas, mis libros, la silla vacía frente a mí. Pensé en todo lo que normalmente no pienso porque estoy ocupada pensando en los demás.

Y así, entre sorbos de café y pensamientos sueltos, caí en cuenta de algo: no fue una hora perdida. Fue una hora en la que nadie me necesitó, y eso, en esta profesión, a veces es un regalo disfrazado.

A las 11:22, justo cuando me disponía a ponerle título mental a esta experiencia (“Meditación improvisada en tres actos y una hoja nueva”), sonó el timbre. Mi siguiente paciente llegó, con sus palabras esperando turno.

Respiré hondo, me estiré un poco, sonreí.
La pausa terminó. El día seguía. Y yo también.

El martes vi a un papá llorar. No por algo que le pasó a él, sino por algo que le pasó a su hijo: “Me dijo que yo no est...
15/06/2025

El martes vi a un papá llorar. No por algo que le pasó a él, sino por algo que le pasó a su hijo: “Me dijo que yo no estaba… y tenía razón”.
No se excusó. No justificó horarios, no sacó la carta del cansancio. Sólo lo dijo. Y luego, se quedó en silencio. Largo. De esos que se sienten como un eco adentro.

A veces creemos que los papás tienen que ser fuertes, sabérselas todas, tener respuestas.
Pero este papá no vino a buscar respuestas. Vino a aprender a estar.
A ser alguien que no lo sabe todo, pero que ya no quiere estar lejos.
Alguien que está entendiendo que no basta con “trabajar por ellos” si no trabajas también con ellos.

Pensé que tal vez eso es lo que realmente cambia generaciones: no la perfección, sino la disposición.
Y ese martes, vi a un papá dispuesto.
Y eso fue más poderoso que cualquier consejo.

Feliz día!

“…algunos experimentos recientes sugieren que la ira y las emociones relacionadas, como la frustración o la irritación, ...
02/06/2025

“…algunos experimentos recientes sugieren que la ira y las emociones relacionadas, como la frustración o la irritación, también pueden traer algunas ventajas, siempre que sepamos cómo canalizar la energía que surge de esos sentimientos.”

Cuando la ira aparece, también puedes cuidarte.
Aquí 5 pasos para no reaccionar desde el enojo:
1. Date cuenta: ¿Qué te molestó? ¿Qué límite se cruzó?
2. Aléjate un momento: Unos pasos atrás también son un acto de amor propio.
3. Respira lento: Calmar el cuerpo es el primer paso para cuidar tus palabras.
4. Habla con claridad: Usa frases que comiencen con “yo siento” o “yo necesito”.
5. Protege tu paz: A veces, guardar distancia emocional es la forma más sana de seguir en relación.

🌱 No se trata de no enojarte, sino de aprender a responder sin herirte ni herir.

02/06/2025

Tal vez la paz que tanto buscamos no consista en la ausencia de problemas, sino en la conformidad con los recursos y herramientas que tenemos para enfrentarlos.

Hace tiempo iba caminando 🏃🏻‍♀️ por un parque mientras pensaba en algunas  historias que escucho en terapia. Esa semana ...
01/06/2025

Hace tiempo iba caminando 🏃🏻‍♀️ por un parque mientras pensaba en algunas historias que escucho en terapia. Esa semana me había tocado escuchar a varias personas que estaban teniendo pensamientos intrusivos, negativos, muy constantes. Esos pensamientos que aparecen de pronto, sin que uno los quiera, y que se van hasta el extremo más oscuro posible, tan negativo y poco realista que raya en lo absurdo a veces, y que inevitablemente nos hacen sentir mal.

Y entonces pensé: ¿qué pasaría si en lugar de irse al extremo negativo… nos fuéramos al extremo positivo?
Pero así, igual de exagerado, igual de absurdo e inverosímil. Solo que del lado amable.

Y me puse a probarlo conmigo.

Uno de los pensamientos que a veces me visitan es: “Quizá nunca vuelva a casarme. Quizá nunca encuentre a alguien con quien realmente conecte.” Es un pensamiento que a veces abruma. Y cuando me llega, tiende a dejarme cierta sensación incómoda.

Así que me pregunté: ¿Cuál sería el extremo positivo de ese pensamiento?

Y me contesté: Que Javier Bardem vea mi perfil en Facebook y diga “ella me gusta, quiero conocerla” 😂😂😂

Y luego pensé: ¿Cuál sería un extremo más positivo, el más exagerado, el más absurdo que se me ocurra?

Y me imaginé esto:
Javier Bardem me encuentra geolocalizada y decide venir a conocerme. No en avión. No en coche. En helicóptero 🚁 . Y justo mientras camino por ese parque, escucho el ruido de las hélices, levanto la vista y lo veo bajando del cielo. Y me dice:
—“He venido desde España a buscarte. Me he divorciado de Penelope.”

Solté una carcajada. Y entendí que el ejercicio funcionaba.
Porque si mi mente puede imaginar tragedias tan extremas, también puede imaginar cosas tan absurdamente buenas como esa. Y no se trata de que vaya a pasar. Se trata de que me da risa, me relaja, y me recuerda que no todo lo que imagino tiene que ser terrible, pero sobre todo, no todo lo que mi mente piensa es verdadero.

Desde entonces, cuando llega un pensamiento de esos que duelen, pruebo con irme al otro extremo. El extremo Javier Bardem en helicóptero😅

Y la verdad… me ayuda 😊.

Imagen creada por ChatGPT (solicitada por mí, pues, en este sábado de descanso 😜)

“Ni que fuera para tanto”Por alguna extraña y absurda razón aprendemos a creer que conocemos “la verdad”, y que nuestra ...
27/05/2025

“Ni que fuera para tanto”

Por alguna extraña y absurda razón aprendemos a creer que conocemos “la verdad”, y que nuestra criterio es la única medida posible de lo que debe o no “ser importante”.

“Yo sé”
“Qué me vas a decir a mi”
“Mi intuición no miente”

Alguna vez nos tocará aprender que todos estos “conocimientos”, representan el justo derecho que tenemos a recabar herramientas para la vida. Para nuestra vida. No para todas las vidas.
Para poder determinar “qué tanto es tantito” y tomar las decisiones que nos permitan construir un camino con el que estemos conformes, a veces cómodos, a veces incómodos, pero conformes.
El camino donde dejemos de esperar que los demás “nos entiendan” y validen nuestras emociones.
El camino donde dejemos de juzgar las emociones de los otros, intentando reparar en otros lo que se nos ha roto a nosotros.

Por cierto, y finalmente: quédate donde tu quieras.

Hoy celebramos a quienes eligen mirar con profundidad, sostener con ética y acompañar con respeto.La psicología no es so...
20/05/2025

Hoy celebramos a quienes eligen mirar con profundidad, sostener con ética y acompañar con respeto.
La psicología no es solo escuchar: es una práctica comprometida con el bienestar, la dignidad y la libertad del otro.
Feliz Día del Psicólogo a quienes ejercen con alma, mente y corazón.
🎧 Hoy lo platicamos en Tiempo de Unicornios.

Escúchalo aquí 👉🏻 https://youtu.be/7Jp8UChMt48?si=TJyvYHzmuupcBQq4

En este episodio especial, celebramos a quienes acompañan historias, no desde la magia, sino desde la ciencia, la escucha y la ética: las y los psicólogos.Ha...

20/05/2025

Hoy celebramos el Día del Psicólogo en México.
En SER honramos esta profesión que elige escuchar, acompañar y sembrar posibilidades en otros.
Gracias a quienes hacen de la psicología un acto de amor y compromiso todos los días.

18/05/2025

Los adolescentes no prueban los límites por maldad.
Lo hacen para comprobar cuánta coherencia hay en tu autoridad.
Y si ven que una norma cambia cada vez que ellos insisten…
no respetan la regla, aprenden a negociar con tu cansancio.
Tu hijo no necesita que le grites más fuerte.
Necesita que le sostengas el límite con más firmeza y menos emoción.

Ejemplo real:
Tu hijo quiere usar el celular en la madrugada.
Tú le dices que no.
Insiste. Eleva el tono. Hace pucheros. Se victimiza:
— “Todos mis amigos pueden. Solo tú eres tan estricta.”
— “¡Me haces la vida imposible!”
Y tú… dudas. Te sientes culpable. Piensas en ceder solo esta vez.
Pero justo ahí, es cuando más necesita escuchar:
— “Esto no es negociable.”
Y ver que lo dices sin gritar, sin temblar, sin justificarte.
Solo lo dices… y lo cumples.

Haz una lista de tres normas no negociables (ej. uso del celular, respeto al hablar, hora de dormir).
Cuando las pongas en práctica, no expliques más de lo necesario.
Di con calma:
— “Esto no es negociable.”
Y si rompe la norma, aplica la consecuencia sin alterarte.
Silencio firme. Presencia estable.

Tu hijo necesita saber que cuando tú dices algo, va en serio.
Que no hay premio por presionar, ni castigo por frustrarse.
Porque la autoridad real no impone, sostiene.
Y los límites claros no apagan el amor… lo protegen.
Ella no gritó.
No discutió.
No lloró.
Solo se mantuvo firme… como una roca.

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