Centro Terapeutico y de Masoterapia Mexicali

30/07/2025

De niña soñaba con un abrazo de mamá que me dijera: “te amo”.
De adolescente, buscaba pertenecer, encajar, agradar a los demás.
Al elegir a mi pareja, esperaba atención, detalles, flores, palabras dulces…

Los años pasaron… y con ellos, también pasaron las ilusiones de recibir lo que nunca llegó.
Esperaba chocolates, cartas, noches románticas… pero me olvidé de lo más importante:
✨ Amarme a mí misma.

Hoy, desde la calma de mi presente, comprendo algo profundo:
No me faltaron personas en el camino…
💔 Me falté yo.

Me faltó hablarme bonito, abrazarme en silencio, regalarme flores sin razón, cantarme mis canciones favoritas y no esperar que alguien más llenara mis vacíos.
Me faltó NO entregar mi valor en manos ajenas.
Me faltó ser mi primer y más verdadero amor. ❤️

Hoy me miro con otros ojos.
✨ Me pido perdón por tantas veces que me descuidé.
✨ Me abrazo por cada día en que puse a otros antes que a mí.
✨ Me prometo ser mi prioridad, sin culpa, sin miedo, sin excusas.

Porque amarse no es egoísmo…
Es reconocer el valor que Dios puso en mí desde el principio.

🕊️ Si alguna vez sentiste que te faltó amor… empieza por ti. Ámate como mereces.

29/07/2025

MI MAMA NO VA A CAMBIAR PERO YO SI

Esperarla fue mi mayor pérdida de tiempo emocional.
El cerebro humano busca aprobación y reparación emocional del vínculo más primario: la madre.
Cuando esa figura no cambia, el sistema límbico se mantiene en modo espera, generando frustración, ansiedad y culpa crónica.
Daniel Siegel lo llama "memoria implícita emocional": sigues reaccionando como niña, aunque hoy seas madre.
Pero aquí está la clave: no necesitas que ella sane para empezar tu propia sanación.

Testimonio real:
“Esperé 30 años a que me dijera ‘lo hiciste bien’. Me lo dije yo… y lloré tres días seguidos.” — Mariela, 42

Consejo práctico:
Escribe en tu espejo o teléfono:
"No necesito que ella cambie para dejar de vivir rota."
Cada vez que sientas que recaen tus emociones, léelo en voz alta y respira lento 3 veces.

El cierre no llega cuando ella pide perdón.
Llega cuando tú dejas de repetir el dolor como si fueras su eco.
Tu hijo necesita una madre libre, no una hija eterna atrapada en una historia que no escribió.
Cuando decides sanar sin esperar justicia emocional, haces justicia contigo misma.
Eso es amor. Eso es identidad. Eso… es sanación.

29/07/2025

A esta edad, ya no estoy para rogar amor, atención ni respeto.

No me interesa estar donde tengo que mendigar migajas emocionales ni donde tengo que explicarle a alguien por qué merezco un lugar.

Quien no lo ve… no me merece.

Pasé demasiados años tratando de ser suficiente para los demás, esforzándome por encajar en lugares donde claramente no era bienvenida, callando mi voz para que otros se sintieran cómodos, cediendo espacio, tiempo y dignidad a cambio de promesas vacías.

Y no. Ya no.

Hoy elijo mi paz. Mi soledad, si es necesaria. Mi autenticidad por encima de cualquier aprobación ajena.

Ya no tengo miedo a envejecer. Tengo miedo de dejar de ser yo para complacer a quienes no me aman de verdad. Ya no quiero a nadie cerca por lástima, por costumbre o por compromiso.

A esta edad no me interesa impresionar a nadie. Me interesa dormir tranquila. Reír a carcajadas. Sentarme en silencio con un café sin sentirme en deuda con el mundo.

Quiero relaciones reales.
Presencias que no duden.
Amores que no lastimen.
Y ausencias que no duelan.

Quien quiera estar… que esté.
Y quien no, que siga su camino.
No voy a suplicar por lo que merezco.

Porque a estas alturas de la vida, entendí que mi valor no está en convencer a nadie… está en no traicionarme a mí misma.

Y si tengo que explicarle a alguien por qué me tiene que amar, cuidar o respetar… entonces ya no es mi lugar.

No quiero más batallas emocionales.
Quiero paz.

Y esa… ya la encontré en mí.

29/07/2025

Durante años, fue la que resolvía todo.
La que cuidaba, la que ayudaba, la que cancelaba sus planes para sostener a todos.
Y nadie lo notaba. Porque cuando una madre siempre dice que sí, todos creen que es su deber.
Pero un día, se cansó. No de amar, sino de olvidarse de ella misma.

Empezó a poner límites. A decir “hoy no puedo”. A darse tiempo, aunque le costara.
Y claro, vinieron los reclamos. “¿Ya no te importan tus nietos?” “¿Y ahora qué haces con tanto tiempo?”
Como si el valor de una mujer desapareciera en cuanto deja de ser útil para los demás.

Pero lo hizo igual.
Porque entendió que si no se elegía, si no se cuidaba, si no se daba permiso… nadie lo iba a hacer por ella.
Porque también es válido decir:
“No voy a resolverlo todo. Hoy me toca a mí.”

Y no, no es egoísmo. Es reparación.
Después de una vida entera postergándose, por fin se estaba poniendo en su lugar.
El lugar que siempre mereció, pero que nadie le enseñó a ocupar.

26/07/2025

25/07/2025

Comencé a vivir a los 58 años.

Sí, aunque suene extraño. A esa edad en que muchos ya se resignan a lo que “les tocó”, yo comencé a preguntarme qué pasaría si, por una vez en la vida, pensaba en mí.

Hasta los 58, fui lo que me enseñaron a ser: esposa, madre, ama de casa, sacrificio en tacones.

Me casé joven, como dictaba el manual. Tuve dos hijos. Fui esa mujer que no se quejaba, que no contestaba, que no soñaba en voz alta porque “para qué, si de todos modos tienes que levantarte a hacer el desayuno”.

Mi esposo trabajaba. Llegaba, comía, se quejaba. Decía que yo era aburrida, que no tenía chispa, que ya ni siquiera tenía gracia.

Nunca le importó que yo estuviera agotada. Que también me dolían los pies, el alma, la espalda, la vida.

Pero me callaba. Porque eso hace una “buena mujer”. Porque la familia es sagrada. Porque así fue mi madre, y la suya antes que ella.

Y un día, sin ruido ni lágrimas, él se fue.

Y yo… me quedé.

Esperando que doliera. Pero no dolió.

Lo que sentí fue silencio.

Un silencio nuevo. Profundo. Que me asustó… pero también me abrazó.

Me vi sola en una casa que conocía de memoria, pero que nunca había habitado de verdad.

Me costaba recordar qué me gustaba. Cuál era mi color favorito. Cuándo fue la última vez que hice algo solo porque sí.

Y un día, no hice la cama.

Preparé café solo para mí. Me senté en el balcón y dejé que la luz del sol me acariciara el rostro como si me reconociera.

Ese día empecé a vivir.

Me inscribí en un curso de inglés.
Compré un boleto de tren desde mi celular.
Viajé sola.
Me perdí en museos. En playas. En estaciones de tren.
Me reencontré en canciones que había olvidado.

Una vez, una vecina me dijo:
—¿Viajar sola a tu edad? ¿Estás loca?
Y yo sonreí.

Porque por primera vez, me sentía cuerdamente feliz.

Hoy vivo sola, sí.
Pero no porque nadie me quiera.
Sino porque aprendí a quererme yo.

No tengo rutina. Pero tengo libertad.

Ya no hago comida para que alguien la critique. Hago lo que se me antoja. Cuando se me antoja. Si se me antoja.

Y a veces me miro al espejo y veo las arrugas. Claro que las veo. Pero también veo otra cosa…

Una mujer que sobrevivió al olvido de sí misma.
Una mujer que floreció tarde… pero floreció.

Porque a los 58, comencé a vivir de verdad.

¿Y si no esperas tanto ?

21/07/2025

"Las mujeres hemos vivido históricamente con la siguiente norma:

"que no se nos note".

Ni la panza, ni el apetito, ni las estrías, ni la celulitis, ni el deseo sexual, ni las canas, ni las arrugas, ni nada.
Es como si tuviéramos que disolvemos para no incomodar.
¡Rompamos con ese patrón!

A mi que se me note😉

créditos a su ✍️

Arquitectura Espiritual ®️

21/07/2025

EL CANSANCIO ESPIRITUAL DE LA MUJER.

El cansancio espiritual de la mujer es ese estadío en el que siente que se ha perdido a sí misma, está como bloqueada, sabe que necesita respuestas y por alguna razón no para de escuchar a su Alma.

Es esa mujer que la ha hecho de todo... ha sido madre, trabajadora, esposa, amiga, hija, consejera (sin ser ese rol físicamente, sino espiritualmente) y en síntesis, la he***na súper poderosa que un día simplemente siente que debe parar, porque materialmente ya no puede más.

Es esa mujer que un día despierta sintiendo que es tiempo de tomar su poder y creatividad para expandir su alma, es esa mujer que abruptamente empieza un camino nuevo aunque nadie la entienda y todos la critiquen inclusive tachándola de mal carácter, loca y mala.

Cuando esta mujer llega a ese punto de su vida, es porque está lista para emprender el viaje de regreso a sí misma, tomar su niña, su adulta y su sabia y combinarlas en una esencia divina que resida equilibrada en su alma para tomar un camino interior que la devuelva por el camino de regreso a casa.

20/07/2025

Aprendí que en esta vida nada es seguro, solo la muerte… por eso disfruto el momento y lo que tengo. Aprendí que nadie me pertenece, y aprendí que estarán conmigo el tiempo que quieran y deban estar, y quien realmente está interesado en mi me lo hará saber a cada momento y contra lo que sea.
Que la verdadera amistad si existe, pero no es fácil encontrarla. Que quien te ama te lo demostrará siempre sin necesidad de que se lo pidas. Que ser fiel no es una obligación sino un verdadero placer cuando el amor es el dueño de ti. Eso es vivir…
La vida es bella con su ir y venir, con sus sabores y sin sabores… aprendí a vivir y disfrutar cada detalle, aprendí de los errores pero no vivo pensando en ellos, pues siempre suelen ser un recuerdo amargo que te impide seguir adelante, pues, hay errores irremediables.
Las heridas fuertes nunca se borran de tu corazón pero siempre hay alguien realmente dispuesto a sanarlas con la ayuda de Dios. Camina de la mano de Dios, todo mejora siempre. Y no te esfuerces demasiado que las mejores cosas de la vida suceden cuando menos te las esperas. No las busques, ellas te buscan. Lo mejor está por venir.

Arquitectura Espiritual ®️