08/04/2025
Hoy por primera vez en la vida, a mis casi 50 años, me di cuenta de que nunca había estado enamorada de mi cuerpo, así, con todo el peso de lo que significa estar enamorada.
No es que lo odiara, para nada, pero siempre me parecía que había algo que cambiar.
Si hacía ejercicio, era porque tenía que estar más fuerte o más delgada.
Si tomaba suplementos, era para tener más energía, o controlar el colesterol o para mejorar mi sistema inmune.
Si me alimentaba con cierto tipo de alimentos era para estar más sana o más nutrida.
Total, que siempre había sido para ser o estar de una manera diferente.
Nunca había pensado que mi cuerpo, en su totalidad -piel, órganos, músculos, huesos- estaba bien, tal como era, y merecía todo mi amor, cuidado y atención TAL COMO ESTABA. Sí, con irregularidades, manchas, resequedad, arrugas, canas… con frijol (tumor), con problemas digestivos, con desbalances hormonales… con alergias, con intolerancias, con problemas nerviosos.
Nunca había pensado…
Que podía hacer ejercicio simplemente para celebrar y disfrutar mi cuerpo, y para darle el gusto -que tanto me pide- de moverse y recordar que todavía puedo hacerlo.
Que podía tomar suplementos para consentirlo, como darle una golosina a un niño, por el mero disfrute.
Que podía alimentarme de cierta manera porque es lo que mejor me va y lo que más disfruto.
No porque quiera un cuerpo diferente, sino porque amo el que tengo, como es ahora.
Nunca había pensado…
Lo resiliente que ha sido mi cuerpo, porque mucho tiempo lo tuve sin dormir bien, sin comer bien, con horarios impensables de trabajo, y aún sigue sosteniéndome.
Lo bondadoso que ha sido mi cuerpo, porque incluso con dolores y molestias, me sigue llevando hacia donde deseo
Lo paciente y amoroso que ha sido mi cuerpo porque, aunque muchísimas veces lo rechacé -completo o por partes- siguió llevándome con amor y salud por la vida.
Porque un tumor del tamaño de un frijol no es nada, en comparación con todo lo que me ha sostenido, llevado y dado.
Finalmente, llegó el día en que lo pude ver con toda la claridad necesaria, y descubrí que simplemente no hay manera de no estar perdidamente enamorada de él
Deseo, de todo corazón, que hoy tengas la capacidad de ver todo el amor que tu cuerpo te ha dado, y eso te inspire a amarlo igual.
Yo, por lo pronto, los dejo porque mi cuerpecito y yo nos vamos a divertir y a dar un chapuzón.
Se les quiere.