29/11/2024
Qué consecuencias emocionales pueden desarrollar una familia cuando esta tiene un hijo preferido.
Sería conveniente que en las dinámicas familiares, los padres se esforzaran por tratar a todos sus hijos con igualdad, sin embargo muchas veces hay padres que de manera consciente o inconsciente, el padre, la madre o ambos, desarrollan preferencia hacia uno de los hijos; Para los hermanos muchas veces las razones de esta preferencia parecen absurdas, creando así molestia crónica. Aunque esta inclinación puede parecer inofensiva, tiene un impacto significativo en las relaciones entre los hermanos y los padres, creando un desarrollo emocional conflictivo en cada uno de ellos.
Uno de los problemas puede ser la rivalidad y conflicto entre los hermanos. Cuando los hijos perciben que uno de ellos es el preferido se puede generar una competencia constante por la atención y el afecto de los padres. Esto puede traducirse en rivalidades intensas, resentimientos y conflictos prolongados que dificultan la armonía familiar. Estos problemas en muchas ocasiones son persistentes pudiendo llegar a la adultez.
Otra posibles consecuencias de este trato pueden suscitarse en la baja autoestima en los hermanos que no son los preferidos. Los hijos que no se sienten favoritos suelen interpretar esta situación como una señal de que no son suficientemente valiosos o merecedores de amor. A su vez lo anterior puede generar una disminución en la autoestima, generar inseguridad y afectar su autoconcepto, tanto en la infancia como en etapas posteriores de la vida.
Pero no solo afecta a los hijos no favoritos sino que en el preferido puede existir presión y aislamiento. Contrario a lo que podría pensarse, el hijo preferido también enfrenta consecuencias negativas; la atención preferente puede venir acompañada de mayores expectativas, presión por cumplir con estándares altos o un sentimiento de culpa hacia sus hermanos. Desafortunadamente esto puede llevar a que se sienta aislado emocionalmente y que tenga dificultad para establecer relaciones sociales equitativas.
Cuando los hijos se sienten rechazados o no apreciados también puede haber un Impacto en la relación con los padres, estos, los hijos no favoritos, pueden desarrollar resentimientos hacia los padres, pero el hijo preferido puede tener dificultades para establecer límites con los padres debido a la conexión especial que se espera que mantenga.
Todas estas conductas y sentimientos pueden tener repercusiones en la adultez. Ya que el favoritismo que hubo siempre puede influir en la forma en que los hermanos se relacionan, entre ellos, especialmente en momentos cruciales como el cuidado de los padres cuando llegan a la tercera edad o cuando caen en cama por enfermedad, la relación de la familia es tensa y difícil, ya que todos de una o de otra manera querrán defender su postura. Haciendo que las heridas emocionales no resueltas pueden perpetuar distancias, desconfianza o resentimientos.
Por lo anterior es conveniente que los padres estén atentos de sus propios comportamientos o de los comportamientos de los hijos y eviten relaciones desiguales entre ellos. Una crianza equitativa, donde cada niño se sienta amado y valorado por sus características únicas, fomenta relaciones más saludables y fortalece la unión familiar. Si los padres identifican señales de favoritismo hacia un hijo entonces, el estar informados de las consecuencias, dará la apertura para que se busque apoyo psicológico y se restablezca la armonía y se sane posibles heridas.
Psic. Lizzette Tepalt