25/11/2025
𝙇𝘼 𝙎𝙀𝙋𝘼𝙍𝘼𝘾𝙄Ó𝙉.
¿Quién no ha tenido alguna vez un conflicto de separación?
Tanto en la naturaleza, como en los seres humanos, los conflictos de separación o pérdida de contacto son muy comunes, y estos impactan en la corteza sensorial que inerva la epidermis y los conductos galactóforos.
En general no les damos tanta importancia. Cuando tenemos una pérdida abrupta de contacto físico, o miedo a perderlo, lo sentimos enteramente en la piel, es como si sintiéramos: mi pareja, mi hijo, fue arrancado de mi piel, aunque también puede darse lo contrario, de querer arrancarme a alguien, o bien, separarme de una pareja abusiva.
Lo verdaderamente sorprendente es la perfección que tiene, ya que depende de donde sintamos la separación, es la zona que vamos a afectar, si mi cabeza era siempre acariciada por mi abuela, y se va abruptamente de mi lado, puedo llegar a una verdadera alopecia.
Muchas veces no lo podemos registrar, ya que no parece coherente, el lugar por ejemplo donde puedo tener un eczema, pero si profundizamos, como un detective, sobre costumbres, ritos etc., vamos a encontrar el hilo conductor.
Hay otros conflictos de separación que son aún más fuertes, profundos y dolorosos, y eso ya afectaría la piel del hueso, el periostio, y estaría regido por la corteza post-sensorial, aquí sentimos como que esa separación me caló hasta el hueso y el sentido biológico sería: que es tan fuerte el dolor de la separación, que amplifico la sensibilidad para encontrarlo.
Ante este conocimiento, algo tan simple como no dejar sola a una persona o acariciarla, puede ser la diferencia entre la salud y la enfermedad.
Y cuanto más conciencia y más apertura, más responsabilidad tenemos como humanos, es un hermoso desafío.
Nueva Medicina Germánica.
Dr Ryke Geerd Hamer.