20/07/2025
LA INFANTILIZACIÓN DEL BUSCADOR O PRACTICANTE ESPIRITUAL
Muchas personas emprenden el camino espiritual buscando luz, paz y protección. Y esto es legítimo.
Pero, con el tiempo, es necesario reconocer un patrón sutil que dificulta la maduración: "la infantilización del camino espiritual".
Esta infantilización ocurre cuando el buscador o practicante continúa esperando que fuerzas superiores hagan por él lo que él mismo no quiere hacer o afrontar.
Es entonces cuando la persona se refugia en el universo, en los guías, en los maestros, o en las técnicas como una forma de evadir su propia responsabilidad.
Ejemplos claros de este patrón:
➡️ Una persona discute con alguien en el trabajo y, en lugar de reflexionar sobre su comportamiento, dice:
“La energía en el ambiente está muy cargada. Creo que alguien aquí tiene mala energía”.
Esto evita el "auto cuestionamiento".
A veces, el campo es denso porque él mismo alimenta la ira o el juicio, sin darse cuenta de sus propias acciones.
➡️ Alguien atraviesa una crisis en una relación y dice:
“La espiritualidad debe estar queriendo que me separe”. Pero no te preguntas:
"Me estoy comunicando con claridad? Estoy asumiendo la responsabilidad de mis emociones o esperando que alguien más me salve?".
➡️ Sientes una serie de frustraciones y dices:
"Creo que es karma. Voy a hacer una limpieza energética".
La limpieza puede ayudar, por supuesto, pero si sigues repitiendo los mismos patrones emocionales, nada cambia realmente.
➡️ Participas en un curso, taller o formación, y esperas que tu vida cambie por sí sola:
"Ahora que he hecho éste taller, todo saldrá bien", por el simple hecho de asistir.
Pero no cambias tus hábitos ni actitudes, ni realizas la reforma interior que requiere un verdadero esfuerzo, para poder ver el cambio en tu vida.
➡️ Sigues preguntando a tus guías todo el tiempo:
"Debería hacer esto? Debería salir de casa hoy? ¿Debería tomar éste té?".
Esto no es una conexión espiritual; es miedo a elegir y a cometer errores.
Los guías espirituales no son niñeras. Son conciencias que te recuerdan que debes desarrollar tu discernimiento.
La persona puede rezar, toma cursos, encender velas, pedir señales... pero si no se compromete con sus verdaderas actitudes de transformación, nada cambiará.
Quiere y espera que el Universo lo resuelva, que el mentor le diga qué hacer, que lo espiritual le quite el dolor, y que algo supernatural venga a salvarl@.
Y entonces, sin darse cuenta, adopta una postura similar a la de un niñ@ malcriad@:
"Si me va a doler, no lo quiero". "Si es difícil mejor no lo hago" , "Si no es mágico, no sirve", "Si va en mi contra, entonces quiere dañarme."
Este patrón puede provenir de muchas fuentes:
✅ Traumas no procesados.
✅ Sentimientos de abandono.
✅ Experiencias de injusticia, o incluso adicciones emocionales de dependencia y victimismo.
Pero en el fondo, el mayor obstáculo es:
➡️ La negativa a crecer internamente.
Mientras la persona se identifique con este rol de «hijo pequeño del Universo» o «protegida por la espiritualidad», evitará la incomodidad de tomar decisiones conscientes, de afrontar lo que debe afrontarse, de asumir su propia luz y poder.
Es más fácil decir "me arruinaron espiritualmente", "Este camino no es para mí", que admitir que no quería ver, y que sus decisiones en base a su libre albedrío crearon su propia realidad.
Es más cómodo pedir protección, que desarrollar autoridad vibratoria.
Es más tentador llamar "prueba" a lo que, de hecho, es el resultado de la propia omisión.
Y el problema no es pedir ayuda. Es esperar que la ayuda reemplace tu crecimiento.
Los verdaderos guías espirituales no vinieron a llevarte de la mano para siempre, solo te muestran el camino y tu decides si caminarlo o solo quedarte ahí mirando.
Vinieron a señalarte la dirección correcta, y a recordarte que tú también eres luz, que tú también puedes alinearte con amor, valentía y claridad, incluso frente al dolor.
Crecer espiritualmente significa dejar atrás.
seguir con fuerza y entereza, y empezar a caminar con un corazón firme.
Es aprender a escucharte, a observarte, a posicionarte, sin necesitar que el mundo o alguien más te diga quién eres o qué debes hacer.
Esta transición duele, porque requiere salir de tu zona de confort espiritual, soltar las peticiones mágicas, y entrar en un proceso más honesto: "el de la autoeducación del alma", y que al hacerlo, es cuando empieza la verdadera magia.
La espiritualidad madura no es un lugar donde todo fluye fácil y milagrosamente.
Es más bien donde te conviertes en un canal lúcido de lo que ya es divino, incluso en los días difíciles.
Es donde dejas de huir de ti mism@, y empiezas a practicar todo lo que antes solo leías, escuchabas y repetías.
Cuando decides crecer, el Universo entero se reorganiza para apoyar éste movimiento.
Pero esto sólo ocurre cuando dejas de esperar el rescate... y eliges asumir la responsabilidad.
La verdad y el compromiso con nuestra mejora nos hara libres, nos aportará la sanación, el descanso.
Regalandonos felicidad, certeza. Y una vida más productiva y feliz...
Y esto solo será posible cuando dejes de culpar al otro por lo que tú mism@, no eres capaz de hacer por ti...
NAMASTE 🙏🏻