
26/09/2025
La investigación ha establecido bien el vínculo entre la microbiota gastrointestinal y ciertos aspectos de la función cerebral, a menudo denominado eje intestino-cerebro (Gut-Brain axis). La microbiota intestinal puede afectar la función neurológica y cerebral a través de muchas vías diferentes, incluidas las neurales, metabólicas, neuroendocrinas e inmunitarias. Los metabolitos de los microbios, como los ácidos grasos de cadena corta, pueden desempeñar un papel importante en muchos aspectos de la salud humana y del eje intestino-cerebro. También pueden influir en la síntesis o el metabolismo de neurotransmisores o incluso generar determinadas sustancias neuroactivas.
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Se ha demostrado que Bifidobacterium y Lactobacillus producen ácido gamma-aminobutírico (GABA), y GABA es un neurotransmisor que puede cruzar la barrera hematoencefálica (BHE). Es posible que otros neurotransmisores producidos en el intestino no pasen a través de la BHE, pero aún pueden actuar sobre el sistema nervioso entérico.
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El es una vía de comunicación importante en el eje intestino-cerebro. Algunas influencias de cierta microbiota intestinal y probióticos sobre la función cerebral dependen de la activación del nervio vago. También se ha demostrado que el sistema inmune tiene una influencia bidireccional sobre el eje intestino-cerebro.
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Un artículo de revisión exploró el impacto potencial de los en varias afecciones neuropsiquiátricas, incluidas la y la . Se mostró una mejora significativa en los estados de ánimo de las personas con las puntuaciones más bajas de depresión en presencia de una cepa de Lactobacillus casei. Los resultados mostraron una mejora en la disfunción intestinal, la estimulación de la microglía del hipocampo y los niveles de ciertas citocinas. Otro estudio indicó que la suplementación con múltiples cepas puede apoyar la disminución de los síntomas depresivos más que con una sola cepa.
Fuente: https://shorturl.at/68R8X