
28/08/2025
Enfermedades fúngicas en mascotas
Padecimientos causados por el exceso de humedad en el ambiente.
Los hogares húmedos pueden convertirse en el refugio perfecto para hongos y mohos que representan una seria amenaza para la salud de nuestras mascotas. Gatos y perros son especialmente vulnerables a estas infecciones cuando viven en ambientes con exceso de humedad, como sótanos mal ventilados, casas con problemas de filtración o regiones con clima tropical.
Las principales enfermedades fúngicas
Dermatofitosis (Tiña)
Esta es quizás la infección fúngica más común en mascotas. Los hongos del género Microsporum y Trichophyton prosperan en ambientes húmedos y atacan la piel, el pelo y las uñas. Los síntomas incluyen parches circulares de pérdida de pelo, descamación de la piel, picazón intensa y lesiones con aspecto de anillo. En casos severos, pueden aparecer costras y heridas abiertas.
Aspergilosis
Causada por el hongo Aspergillus, esta enfermedad afecta principalmente el sistema respiratorio. Las mascotas inhalan las esporas presentes en ambientes mohosos. Los síntomas son secreción nasal, estornudos frecuentes, dificultad para respirar, pérdida de apetito y letargo. En casos avanzados, puede extenderse a otros órganos.
Candidiasis
La levadura Candida causa infecciones en mucosas, especialmente en la boca, oídos y zona ge***al. Se manifiesta con mal aliento, babeo excesivo, rascado constante de orejas, secreciones malolientes y enrojecimiento de las mucosas.
Causas y factores de riesgo
La humedad elevada (superior al 70%) crea las condiciones ideales para el crecimiento fúngico. Los factores que aumentan el riesgo incluyen mala ventilación, fugas de agua no reparadas, alfombras húmedas, comederos y bebederos sucios, y falta de luz solar directa en los espacios donde viven las mascotas.
Las mascotas con sistemas inmunitarios debilitados, cachorros, animales ancianos o aquellos bajo estrés son más susceptibles. También influyen la falta de higiene regular y el contacto con otros animales infectados.
Tratamiento
El diagnóstico temprano es crucial. Los veterinarios utilizan raspados de piel, cultivos fúngicos y análisis de sangre para confirmar la presencia de hongos. El tratamiento típicamente incluye antifúngicos tópicos como champús medicados y cremas específicas, junto con medicamentos orales en casos más severos.
La duración del tratamiento puede extenderse desde varias semanas hasta varios meses, dependiendo de la gravedad y el tipo de infección. Es fundamental completar todo el ciclo de medicamentos, incluso si los síntomas mejoran antes de finalizar el tratamiento.
La prevención es la mejor defensa
Mantener la humedad del hogar entre 30-50% usando deshumidificadores cuando sea necesario es esencial. Asegurar una ventilación adecuada en todos los espacios, especialmente donde duermen las mascotas, y reparar inmediatamente cualquier fuga de agua o problema de humedad.
La limpieza regular de las áreas donde viven las mascotas, incluyendo camas, juguetes y comederos, es fundamental. Lavar y secar completamente estos elementos evita la acumulación de humedad. También es importante secar bien a las mascotas después del baño o cuando se mojen por la lluvia.
Proporcionar una dieta equilibrada y mantener al día las vacunas fortalece el sistema inmunitario, haciendo a las mascotas más resistentes a las infecciones. Los chequeos veterinarios regulares permiten detectar problemas antes de que se vuelvan graves.
Si notas cambios en la piel, pérdida de pelo en parches, rascado excesivo, problemas respiratorios o cambios en el comportamiento de tu mascota, acude a un veterinario. Las infecciones fúngicas pueden parecer menores al principio, pero pueden volverse graves si no se tratan adecuadamente.
Recuerda que algunas infecciones fúngicas pueden transmitirse entre animales e incluso a los humanos, por lo que el tratamiento oportuno protege a toda la familia. Un ambiente seco, limpio y bien ventilado, combinado con cuidados preventivos regulares, mantendrá a tus mascotas saludables y libres de estas molestas infecciones.