Psico Evolución

11/07/2025

11/07/2025

11/07/2025

07/07/2025

"No siempre me pasa, pero hay días en los que noto una distancia extraña entre lo que soy por dentro y lo que el mundo alcanza a ver; como si algo se quedara atorado en la garganta cada vez que intento ser parte. Puedo estar rodeado de voces y aún así sentir que me hablo solo. Me escucho hablar y no me reconozco: mi voz suena prestada, torpe, como si intentara traducir algo que solo vive con claridad dentro de mí. Y aunque por dentro tengo un mundo entero —lleno de ideas, memoria, ternura, ruido y belleza—, afuera todo se desinfla, se vuelve esfuerzo, incomodidad, incluso culpa. Como si vivir con otros fuera cargar con una piel ajena. A veces soy ágil, libre, casi feliz cuando el mundo no me aprieta con sus ritmos y sus gestos, cuando no hay ruido encima de mi respiración, pero basta con que la vida se acelere, que el ruido de los días se imponga, que las conversaciones se llenen de palabras sin raíz y los vínculos parezcan caminos que no llevan a ningún sitio, para que algo en mí se apague sin ruido, como una vela en cuarto ajeno. Supongo que no es timidez, ni tristeza, sino esa forma silenciosa de soledad que aparece cuando uno no sabe del todo cómo habitarse afuera sin traicionarse por dentro."

-Francisco J. Zárate

06/07/2025