05/12/2024
Mi sobrino de 8 años despertó un día con una inflamación en el cuello que inicialmente atribuimos a un ganglio inflamado, posiblemente por contacto con algún virus. Sin embargo, al día siguiente presentó fiebre, náuseas, pérdida de apetito y malestar general. Hasta ese momento, parecía tratarse de una infección viral común. Pero al 3er día desarrolló un salpullido en todo su cuerpo, lo que levantó mis sospechas. Por videollamada, diagnostiqué Enfermedad de Kawasaki y decidí trasladarlo a México para evaluarlo personalmente.
Al revisarlo, además de los síntomas iniciales, noté las palmas de las manos y las plantas de los pies enrojecidas, los ojos irritados y la lengua con un aspecto "en fresa" (roja y con pequeñas protuberancias). Decidí hospitalizarlo de inmediato y comenzar tratamiento con gammaglobulina hiperinmune y aspirina en dosis altas. Gracias a este manejo, los signos de la enfermedad comenzaron a desaparecer rápidamente, los análisis de laboratorio se normalizaron y, lo más importante, sus arterias coronarias se observaron normales a los tres días de iniciado el tratamiento.
La Enfermedad de Kawasaki, si no se diagnostica y trata a tiempo, puede confundirse con una gripe u otras infecciones virales. Sin embargo, sin la administración temprana de gammaglobulina, puede provocar graves complicaciones, como infartos en niños pequeños debido al crecimiento anormal de las arterias coronarias y la formación de trombos.
Los signos clave de Kawasaki incluyen fiebre persistente, inflamación de un ganglio en el cuello, salpullido, enrojecimiento en los ojos, lengua, labios, palmas de las manos y plantas de los pies, además de malestar general. Ante la menor sospecha, es vital buscar atención médica inmediata y considerar el uso de gammaglobulina, ya que las arterias coronarias de un niño pueden sufrir daños graves, similares a los de una persona mayor con enfermedad cardíaca, aumentando el riesgo de infartos.
Por fortuna, mi sobrino tiene una cardióloga pediatra en casa que pudo atenderlo a tiempo, y está completamente recuperado. Si conocen a algún niño con síntomas similares, no duden en contactarme o acudir con un@ cardiólog@ pediatra para su evaluación.