13/02/2025
En la tradición del yoga y las enseñanzas del Tao, el equilibrio es el fundamento del bienestar. Yin Yoga surge como una práctica introspectiva y meditativa que busca reconectar con las fuerzas receptivas del cuerpo y la mente.
Inspiración Taoísta: Fluir con el Camino
El Tao, cuya traducción es “el camino” o “la vía”, nos enseña que la vida es un constante flujo de fuerzas opuestas pero complementarias: Yin y Yang. Según el Tao Te Ching de Lao Tsé, “El Tao no hace nada, y sin embargo, no deja nada sin hacer.” Este principio resuena profundamente en el Yin Yoga, donde el no hacer, la entrega y la aceptación generan una transformación profunda.
El Yin Yoga se fundamenta en una visión profunda del cuerpo, la mente y el espíritu. Esta práctica permite trabajar con los tejidos más rígidos del cuerpo, como la fascia y los ligamentos. La clave está en el tiempo: al sostener posturas durante varios minutos, el cuerpo alcanza un nivel de relajación que permite cambios estructurales profundos.
Principios fundamentales del Yin Yoga
1.- Quietud
2.- Duración
3.- Rendición
4.- Introspección
Beneficios para el cuerpo, la mente y el espíritu
La práctica de Yin Yoga no solo mejora la flexibilidad y la movilidad de las articulaciones, sino que también calma el sistema nervioso y cultiva la paciencia. Al sostener las posturas por varios minutos, accedemos a un estado meditativo que nos permite soltar la necesidad de hacer y simplemente ser.
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