
26/08/2025
🍫🥖 ¿Te pasa que dices “no puedo tener pan, galletas o chocolate en casa porque me los acabo en un día”?
¿O que prometes “solo un cachito”… y terminas acabándote todo el paquete?
Yo también viví así durante años. Creía que era porque no tenía fuerza de voluntad, que me faltaba disciplina, que era un problema mío. Y como a muchas, me hicieron creer que la solución estaba en tener más control, en seguir más reglas, en anotar cada bocado en una hoja o aplicación.
El resultado: más culpa, más ansiedad y más atracones.
💭 Lo que nunca me dijeron es que esa sensación de “no tener control” no era un defecto mío, sino la consecuencia de tanta restricción. Cuando pasas años prohibiéndote alimentos, tu cuerpo y tu mente entran en modo de supervivencia:
• Comes como si fuera la última vez que lo verás.
• Sientes que no puedes parar aunque ya no tengas hambre.
• La comida se convierte en una batalla diaria en lugar de ser parte de tu vida.
Hoy sé que el verdadero cambio no vino de prohibirme más, ni de seguir otra dieta distinta. Vino de aprender a escuchar a mi cuerpo y darle permiso real de comer. Vino de dejar la culpa de lado y preguntarme:
👉 “¿Qué necesito?” en lugar de “¿cómo me controlo?”.
Y entonces pasó algo que nunca pensé: ahora puedo tener galletas, papas, chocolates o Nutella en mi cocina, y pueden estar ahí por días o semanas… sin que me coman la cabeza ni me hagan sentir en peligro.
No porque me lo prohíba. Sino porque ya no tienen poder sobre mí.
✨ Lo que necesitas no es más disciplina, sino un camino distinto: uno de conexión, autocuidado y compasión. Un camino donde dejes de pelear con la comida y empieces a escucharte de verdad.
💌 Si tú también sientes que no tienes autocontrol y quieres transformar esa relación con la comida, comenta FUERZA o mándame DM y te cuento cómo puedo acompañarte paso a paso.