22/01/2025
DEMENCIA FRONTOTEMPORAL
La enfermedad de Alzhéimer no es la única demencia común. Otra forma habitual de enajenación es la demencia frontotemporal (DFT).
La demencia frontotemporal fue descubierta una década antes que el Alzhéimer por Arnold Pick, catedrático de psiquiatría de la Universidad de Praga. Ese trastorno se consideraba raro, pero ahora sabemos que, junto con el Alzhéimer, explica la mayoría de los casos de demencia en personas mayores de sesenta y cinco años (promedio estadístico).
Por otra parte, la demencia frontotemporal es la causa más frecuente de enajenación en personas «menores» de sesenta y cinco años, afectando aproximadamente a 45.00065.000 personas en los Estados Unidos.
La demencia prontotemporal se presenta por lo general a una edad más temprana que el Alzhéimer, y avanza con mayor rapidez.
La demencia frontotemporal comienza en áreas muy pequeñas del lóbulo frontal, las cuales intervienen en la inteligencia social, y concretamente en la capacidad de inhibir los impulsos. Hace años se consideraba que era imposible distinguir entre este trastorno del Alzhéimer en una persona viva, pero hoy en día ya no es así.
La DFT suele deteriorar gravemente el comportamiento social y el razonamiento moral. A veces, las personas afectadas cometen actos claramente antisociales, como por ejemplo robar en las tiendas. Un estudio en los E.E.U.U. reflejó que, al principio de la enfermedad, casi la mitad de los pacientes eran arrestados, o podían haber sido arrestados, por alguna falta o delito. Semejante comportamiento no es característico de los enfermos de Alzheimer.
La DFT también afecta a las partes del cerebro que nos permiten relacionarnos con los demás. Los individuos que padecen este trastorno, y que por lo general eran amables y cariñosos, en ocasiones muestran una total indiferencia con respecto a las personas de su entorno. También se vuelven propensas a las adicciones, por lo que empiezan a comer en exceso o adquieren hábitos perjudiciales, como el del tabaco. A veces no pueden controlar sus gastos y se arruinan. Esta demencia hace mucho daño a las familias, porque afecta a personas de mediana edad, muchas de las cuales tienen hijos.
GENÉTICA DE LA DEMENCIA FRONTOTEMPORAL
El mecanismo biológico de la DFT —un trastorno causado por daños en los lóbulos frontal y temporal— es el mismo que el del Alzhéimer: las mutaciones genéticas provocan un plegamiento defectuoso de las proteínas, lo que da lugar a la formación de grumos en el cerebro. Por eso las personas que padecen alguno de estos dos trastornos tienen síntomas en común; con todo, algunos genes causantes del mal plegamiento de las proteínas son distintos en cada trastorno.
Los tres genes mutados que originan la DFT son el gen que codifica la proteína tau, el gen C9ORF72 y el gen que codifica la progranulina, una proteína que desempeña diversas funciones en el cerebro. Cada gen mutado daña la misma región del cerebro, y cada uno de ellos la daña mediante el plegamiento anormal de las proteínas.
El gen mutado de la progranulina produce la proteína normal, solo que no produce la suficiente (se cree que la cantidad normal de progranulina impide el plegamiento defectuoso de otra proteína, la TDP-43). La sencillez de ese mecanismo es alentadora, pues sugiere que una forma factible de tratar la DFT es o bien elaborando un fármaco que aumente la cantidad de progranulina en la sangre y el cerebro, o bien hallando una manera de suministrar progranulina al cerebro. De hecho, Bruce Miller, de la Universidad de California en San Francisco, que ha investigado a fondo la DFT, cree que esta es una de las enfermedades neurodegenerativas más fáciles de tratar. Miller está probando medicamentos que eleven las concentraciones de progranulina en la sangre y el cerebro.
Clínicamente, esta demencia se define como un conjunto de síndromes caracterizados por una alteración progresiva del comportamiento y/o lenguaje, en relación con una atrofia focal de los lóbulos frontal y temporal
Presenta tres variantes clínicas: conductual, afásica y semántica, siendo la más frecuente, la variante conductual.
La neuroimagen puede ser decisiva para corroborar el diagnóstico clínico de sospecha.
El papel de la resonancia magnética hoy en día ya no está limitado a excluir causas subyacentes de deterioro cognitivo, sino que puede mostrar patrones de atrofia y otros datos con un alto valor predictivo para determinadas demencias.
Fig. 1: (a) Imagen potenciada en T1 en plano sagital que muestra atrofia frontotemporal con circunvoluciónes en “hoja de cuchillo” (flecha). (b) Imagen potenciada en T2 en plano coronal mostrando la asimetría izquierda de la atrofia (flechas).
Bibliografia:
Principles of Neural Science; Eric R Kandel, John D Koester, Sarah H Mack, Steven A Siegelbaum. MacGraw Hill 2022.
Neuroanatomy, Clinical Cases. Third edition. Hal Blumenfeld, M.D., Ph.D. Oxford
Demencia frontotemporal variante conductural: aproximación clínica y terapéutica. M. Fernández-Matarrubia, JA. Matías-Guiu, T. Moreno-Ramos, J. Matías-Guiu. Neurología Vol. 29. Núm. 8.