30/08/2025
El Secreto Mejor Guardado de las Abejas: ¿Por Qué Dejar un Espacio en la Colmena?
¿Qué hacen las abejas en el espacio entre el cuadro y la tapa?
Cuando una abeja construye su hogar, cada detalle es crucial para su supervivencia. El espacio que dejan entre los cuadros, la tapa y el fondo de la colmena no es un accidente, sino una parte fundamental de su arquitectura. Este espacio, conocido como espacio de abeja, es un concepto vital para los apicultores, pero ¿por qué las abejas lo necesitan y para qué lo usan?
La función del espacio de abeja
Las abejas utilizan este espacio para diversas funciones vitales para el buen funcionamiento de la colmena:
Paso y movimiento: Este pequeño espacio sirve como una "carretera" por la que las abejas obreras se mueven libremente. Lo usan para circular entre los panales, la tapa y las paredes de la colmena, lo que es esencial para tareas como la alimentación de la reina y las larvas, la construcción y el almacenamiento de miel y polen. Un espacio demasiado pequeño o demasiado grande podría dificultar este tránsito o ser rellenado con material indeseado.
Termorregulación: Las abejas son expertas en controlar la temperatura de su colmena. El espacio de abeja les permite crear y mantener la circulación de aire, lo que es fundamental para ventilar la colmena en días calurosos y para regular el calor en invierno. La ventilación adecuada también previene la formación de humedad, que puede ser perjudicial para la salud de la colonia.
Propolización: Las abejas utilizan un material pegajoso llamado propóleo para sellar grietas y espacios que consideren innecesariamente grandes. El propóleo actúa como un antibiótico natural que protege la colmena de bacterias y hongos. Si el espacio entre los cuadros es demasiado grande, las abejas lo llenarán con propóleo o cera, dificultando la extracción de los cuadros para el apicultor.
¿Por qué es tan importante para los apicultores?
Comprender el propósito del espacio de abeja es crucial para el diseño de las colmenas modernas.
Langstroth, un apicultor estadounidense, fue quien descubrió este principio y lo aplicó en su colmena. Al dejar una distancia precisa entre los cuadros (aproximadamente 9.5 mm), los apicultores evitan que las abejas peguen los panales entre sí con propóleo o que construyan panales de cera no deseados, lo que facilita enormemente el manejo y la inspección de la colmena.
En resumen, el espacio de abeja no es un vacío, sino un componente activo del hogar de la abeja. Es un equilibrio perfecto que permite el movimiento, la ventilación y la defensa de la colonia, facilitando tanto la vida de las abejas como el trabajo del apicultor.