10/02/2025
ENCONTRANDO EL PROPIO "DEMONIO"
Sócrates apoyó la necesidad de hacer realidad la "eudaimonia": es decir, la armonía, el buen acuerdo con tu propio "daimon", que podemos traducir como "genio", "espíritu guía" o "ser divino".
Esta distinción es muy valiosa y nos permite comprender la diferencia fundamental entre el I (yo) y el sujeto del inconsciente.
A menudo, todo lo que queremos es diferente de lo que parecemos querer; por lo tanto, nuestro deseo a menudo nos lleva en direcciones que parecen ilógicas, incomprensibles, al menos para uno mismo.
La experiencia del análisis nos muestra que el yo, que quiere ser el dueño de la vida psíquica, no es en realidad el verdadero tema; más bien, es el camino del deseo, con su lógica siempre única, para mostrarnos el camino hacia nuestra realización.
El buen acuerdo socrático con el propio demonio requiere que el Yo renuncie al ideal narcisista de dominio y dominio, para dar espacio a lo que nos pertenece más íntimamente.
Ya sea un talento, una carrera, una elección de corazón, es el camino señalado por nuestro "daimon" que tenemos que ser capaces de seguir.
Esto es lo que hizo Freud, yendo en contra de las expectativas de familiares, sociales y colegas, eligiendo un camino sinuoso y solitario, para seguir su propio "tirano", psicología.
'Un hombre como yo no puede vivir sin un caballo de batalla, una pasión que le consuma, un talento. Yo he encontrado mi talento y es el servicio. No conozco límites. Mi talento es la psicología'.
Sigmund Freud