26/03/2024
Como médica ginecóloga, cada día es un compromiso con la salud de las mujeres. Mi trabajo no solo se trata de realizar exámenes y diagnósticos, sino también de educar y empoderar a las mujeres sobre su propia salud.
Cada mañana, me preparo para una jornada llena de consultas, exámenes y, a veces, procedimientos quirúrgicos. Cada paciente es única, con sus propias preocupaciones y necesidades. Algunas vienen para su chequeo anual, otras tienen preguntas sobre anticonceptivos, y algunas están lidiando con problemas de salud más serios.
Una parte importante de mi trabajo es la prevención. Realizo pruebas como el Papanicolau y la colposcopia para detectar cualquier signo temprano de enfermedad. También hablo con mis pacientes sobre la importancia de los autoexámenes de mama y les enseño cómo hacerlos correctamente.
Pero ser ginecóloga no es solo sobre la prevención y el tratamiento de enfermedades. También es sobre apoyar a las mujeres en todas las etapas de su vida. Ayudo a las jóvenes a entender su ciclo menstrual, aconsejo a las mujeres que están tratando de concebir, y guío a las mujeres a través de la menopausia.
Cada día es diferente, y eso es parte de lo que amo de mi trabajo. Pero al final del día, lo que realmente importa es saber que estoy haciendo una diferencia en la vida de mis pacientes. Y eso es lo que significa ser médica ginecóloga.
