
01/10/2025
La vida es demasiado corta para enojarse con un niño pequeño por sólo ser un niño, así que no es realista esperar que se comporten de forma impecable y recta.
Ellos hacen travesuras, riegan cosas, gritan, lloran y continuamente nos presionan hasta el límite, sin embargo, así es como se supone que deben ser.
No podemos castigarlos por cada pequeño error que comenten, ellos están aprendiendo a regular sus emociones y a usar la motricidad fina.
En lugar de reprenderlos por accidentes o arrebatos, deberíamos centrarnos en corregirlos y guiarlos. Al hacerlo, podemos romper el ciclo de esos castigos fuertes e innecesarios y que causan trauma emocional.
Después de todo, son simplemente niños siendo niños, y para eso estamos nosotros, para enseñarles, guiarles y ser una guía de esas emociones.