10/06/2025
Servicio particular de cuidado y asistencia de adulto mayor o enfermo en CDMX en casa u hospital.
Costo a partir de $500
Gracias Fractales
Lo compartimos
Te dijiste que era por tu hijo. Que si te ibas, lo rompías. Que si te quedabas, lo protegías. Y entonces aguantaste. Te tragaste insultos. Dormiste al lado de alguien con quien ya no había amor… o peor: donde había gritos, desprecio, humillación o guerra muda.
Pero lo que no viste es que tu hijo nunca necesitó que te quedaras. Necesitaba ver a dos adultos emocionalmente sanos… no a dos desconocidos llenos de tensión, rencor y miedo. Se quedó con la ansiedad de no saber si hoy habría gritos. O si iban a romperse a la hora de la cena. Se quedó con la idea de que el amor es aguantarse. Que el cariño se mezcla con indiferencia. Que la familia es eso: un lugar donde nadie se ama y nadie se va.
“No sé por qué… pero siempre tengo miedo antes de que lleguen a casa. Cuando los escucho hablar, se me cierra el pecho. No quiero estar ahí… pero tampoco quiero que se separen. Porque si se separan… ¿será mi culpa?”
— visión desde un hijo
Lucía, 13 años, empezó con crisis de ansiedad. Se orinaba por las noches. Le diagnosticaron gastritis nerviosa. Sus padres se gritaban. Otros días no se hablaban. Dormían en la misma cama, pero vivían como enemigos. Nadie lo decía, pero el ambiente lo gritaba. Lucía solo dijo una frase en terapia: “Ojalá se divorciaran… al menos podríamos respirar en casa.”
Pregúntate con honestidad: “¿Estoy criando desde el amor… o desde el miedo a romper la familia?”
Y si te das cuenta de que te quedaste por no romperlo… recuerda que lo estás enseñando a aguantar lo que a ti te destruye.
No lo protegiste quedándote. Lo dejaste crecer entre silencios fríos, tensiones densas y afectos rotos. Le enseñaste que amar… es sobrevivir juntos sin tocarse. Sin hablarse. Sin quererse.
Tu hijo no te va a agradecer ese “sacrificio”. Va a necesitar años de terapia para entenderlo. Porque no lo protegiste: lo confundiste, lo dañaste. Y ahora, él tampoco sabe cómo amar sin miedo.
Tu relación de pareja puede romperse. Eso no daña a tu hijo.
Lo que lo rompe… es vivir en una casa donde el amor ya se fue y el odio y el miedo se quedó.
Circula en la red.