24/09/2024
Déjame salvaje
En la escuela no me hablaron de la luna y sus fases, de la tierra y sus ciclos... no me hablaron de la muerte como nacimiento, no me hablaron de la sexualidad como sagrada, no me hablaron del cuerpo como templo emocional.
Me hablaron de adaptarme, de encajar, de ser igual... me hablaron de sentarme siempre en el mismo banco y ver repetidamente un solo ángulo de las cosas.
Me calificaron con números... me hicieron sentir a veces más, pero casi siempre menos que otro: a veces merecía... otras veces, no.
Me dijeron que era distraída, rebelde, irrespetuosa... que tenía que ir “a verme”... me dijeron que me calle, que estudie hasta lo que no me guste y que saque una hoja, como amenaza... que repita hasta que memorice... aunque no lo comprenda.
Me quisieron dar miedo... me enseñaron desde el miedo, el castigo... me quisieron sumisa, me quisieron sistémica, me quisieron “sin chistar”, me quisieron obediente, me quisieron prolija... me contaron el cuento de “ser perfecta”... me inculcaron el “¡deber ser!”
Pero nunca nadie quiso que me descubriera... nadie me llevó a indagar en mi interior, nadie me preguntó quién era yo... nadie se detuvo a mirarme.
¿Cuándo va a existir una escuela que nos mire a cada uno detenidamente?
¿Cuándo vamos a dejar de querer ser todos iguales?
¿Cuándo vamos a dejar de habitar el “deber ser”?
¿Cuándo habitaremos el querer?
¿Hasta dónde llegaremos con este método? ¿Cuánto más debemos sufrir... cuánto más debemos “encajar?
Te regalo mi estructura, te regalo mi productividad... te regalo mi “deber ser”.