30/07/2025
🌈 Los niños aprenden más de lo que ven en nosotros que de lo que les decimos.
Queremos que se regulen, que respiren, que se calmen… pero a veces, sin darnos cuenta, les mostramos lo contrario: gritos, prisa, frustración, enojo.
No se trata de nunca enojarnos o de ocultar lo que sentimos, sino de mostrarles cómo atravesar las emociones sin quedarse atrapados en ellas.
Porque la calma no se enseña con palabras: se vive, se transmite con el cuerpo, con la mirada, con la presencia.
Cuando nosotros logramos regularnos, ellos también aprenden a hacerlo. Somos su espejo, su refugio, su base segura.
Primero nos calmamos nosotros… y desde ahí, los guiamos a encontrar su propia calma 🌀