27/09/2020
EL DOLOR EN LOS NIÑOS
¿Te diste cuenta de que cuando un niñ@ se cae o se golpea, no mira de forma inmediata la zona afectada, sino el rostro del adulto que lo acompaña?
Esto es porque, al estar aprendiendo continuamente sobre sentimientos y emociones, nuestr@ hij@ buscará medir la dimensión de su dolor en nuestro rostro. Por eso hay que tener cuidado, pues los adultos podemos mostrar por lo menos dos actitudes que no ayudan:
Están los que hacen que no miran, incluso si están con alguien le indican: “mejor no lo mires, que si no llora”.
Pero es necesario saber que esta indiferencia no permitirá al niñ@ indagar sobre su dolor, no estamos enseñándole ni a identificarlo, ni medirlo, mucho menos aliviarlo. Por el contrario, hacer como que ‘no pasó nada’ (y decirlo) cuando algo, y muy feo para el niñ@, en efecto sucedió, puede ir amoldándolo a la idea de que las emociones se obvian, se suprimen, se niegan (y sí que sabemos/sufrimos los adultos de las consecuencias de esto.)
No privemos nunca a nuestr@s niñ@s de nuestra mirada, ser indiferente puede ser entendido como ‘no me importa lo que te pase’ y estoy segura de que ningún padre querría que su niñ@ sienta eso.
Están también quienes se aterrorizan y toman una actitud de alarma extrema, exclamando y poniendo cara de espanto.
* Esto puede aterrorizar más, haciéndole creer al niñ@ que el alivio no llegará, y que para mirar una herida (física/emocional) es necesario sobredimensionar.
* Tampoco ‘peguemos’ al piso o mueble con el que se golpeó, diciéndole ‘malo, malo’ pues ni el piso, ni el mueble ¡tienen la culpa!
* No cometamos el error de criar niñ@s castigadores, que busquen inmediatamente un culpable fuera.
Dejemos de reforzar el rol de ‘víctima’, acompañando a entender lo que realmente sucedió, aprendiendo a buscar soluciones
ENTONCES, ¿QUÉ HACER?:
Narremos, sin obviar ni exagerar, empatizando y ofreciendo alivio:
“Oh, te caíste amorcito, qué pena que te haya sucedido esto, ya va sanar/lo vamos a curar”
Psicóloga niños y adolescentes.