Toque De Corazón Con La Respiracion

Toque De Corazón Con La Respiracion TOQUE DE CORAZÓN es Posicionar las manos adecuadamente para SENTIR la vibración del CORAZÓN y del plexo solar respirando con la boca totalmente cerrada

02/07/2025
23/06/2025

✨ La historia de un hombre que descubrió cómo crear su realidad☄️… y enseñó al mundo🌎 a hacerlo también.

🕰️ Años 30. Nueva York🗽.
Un joven actor caribeño camina por las calles frías de Manhattan, sin dinero, sin hogar y sin rumbo. Su sueño de brillar en los escenarios se había convertido en una lucha diaria por sobrevivir.

Ese hombre se llamaba Neville Goddard.

Lo que no sabía... es que estaba a punto de descubrir uno de los secretos más poderosos del universo.

📖 El encuentro que lo cambió todo

Un día, casi por “casualidad”, Neville asistió a una charla sobre misticismo y metafísica. Allí escuchó una frase que lo dejó paralizado:

> “Lo que imagines con emoción, se manifestará en tu vida.”

Esa noche, sin nada que perder, Neville se fue a dormir imaginando vívidamente que ya tenía la vida que soñaba: éxito, abundancia y paz.

No tenía pruebas…
Pero sí tenía fe.

🌱 Y entonces, todo cambió.

Días después, recibió una oportunidad inesperada.
Semanas después, su situación económica empezó a mejorar.
Meses después… estaba viviendo exactamente lo que había imaginado.

Desde entonces, dedicó su vida a enseñar esto al mundo:
👉 Que la imaginación es Dios en acción.
👉 Que tu mente es un creador.
👉 Y que lo que asumas como cierto… se vuelve real.
🔥 ¿Y si Neville tenía razón?

¿Qué pasaría si esta misma noche…
te atrevieras a imaginar una nueva vida…
con la fe absoluta de que ya es tuya?

Hazlo.
Y quizás, como Neville, un día mires atrás y descubras que lo que parecía magia… era solo conciencia en acción.

🌌✨ Porque tú eres el autor del drama llamado vida.

19/06/2025

🌪 El día que Melinda dejó de ser la esposa del hombre más rico… para convertirse en la mujer más libre del mundo.

Durante décadas, el mundo la conoció como “la esposa de Bill Gates”.
Elegantemente callada, siempre a su lado.
Una mujer inteligente, sí, pero eclipsada por un apellido que lo dominaba todo.

Melinda French Gates era más que eso.
Antes de casarse, ya era una líder en Microsoft.
Antes de ser madre, ya tenía dos títulos universitarios y una visión clara de cambiar el mundo.
Pero el mundo no siempre ve a las mujeres que están detrás de los gigantes… hasta que ellas dan un paso al frente.

Y eso fue lo que hizo.
En 2021, Melinda pidió el divorcio.
No por dinero. No por escándalos.
Lo hizo porque su alma pedía algo más profundo: autenticidad.

Renunció al apellido Gates. Y con ese acto, renació.
En 2024, dejó incluso la fundación que construyó junto a él.
¿Y qué hizo con el dinero que le dieron?
Lo usó para crear su propio movimiento.
Uno donde las mujeres, las niñas y las madres olvidadas del sistema son protagonistas.

Hoy, Melinda no camina detrás de nadie.
Camina al frente.
Ya no necesita permiso para hablar.
Ya no pide espacio… lo crea.

✨ Recuerda:
A veces, dejar una jaula dorada es el primer paso para volar.
Melinda no se rebeló por rabia.
Se liberó por amor propio.
Y eso… es verdadera grandeza.

29/04/2025

HOY “TOQUE de CORAZÓN” cumple 22 años de estar en el aire, soplando calidad calidad calidad de VIDA!!!!

17/12/2024

LA ABUELA

Era un martes cualquiera. La fila del banco estaba llena de gente apresurada, lanzando miradas furtivas al reloj como si el tiempo fuera un tirano. Entre ellos, estaba doña Elena, de 78 años, una mujer con el rostro marcado por los años y la experiencia. Su bastón era su fiel compañero, pero no hacía más que reflejar su fragilidad física, nunca su espíritu.

La anciana avanzaba despacio, cargando un sobre desgastado que guardaba unos billetes cuidadosamente doblados. “Es mi pensión”, pensaba. Había trabajado toda su vida como costurera, levantando a sus tres hijos sola tras enviudar joven. Ahora, este pequeño ingreso era su única seguridad.

Cuando finalmente llegó al mostrador, la cajera, una mujer joven llamada Daniela, apenas levantó la vista.

—Señora, ¿no tiene alguien que haga esto por usted? —dijo, con un tono frío y exasperado.

Algunos en la fila rieron por lo bajo. Elena, sin dejarse intimidar, respondió:

—No, hija, todavía puedo hacer mis cosas sola.

Sin embargo, la actitud de la cajera empeoró. Miró los billetes de Elena y, con desprecio, comentó en voz alta:

—Este dinero parece sacado de debajo del colchón. La próxima vez, tráigalo limpio.

Elena sintió que el suelo bajo sus pies temblaba. Los murmullos en la fila eran como agujas que perforaban su dignidad.

Doña Elena respiró hondo. Sabía que no podía permitirse perder la calma. La dignidad no se mide por los billetes, pensó, sino por la manera en que uno enfrenta las adversidades.

—Hija, —dijo con voz temblorosa pero firme—, este dinero puede que no sea bonito, pero cada billete representa una noche de trabajo, un sacrificio. No tienes derecho a juzgarlo.

La gente en la fila dejó de murmurar, pero aún no entendían lo que estaba por suceder. Mientras la cajera revisaba los billetes, un hombre de traje oscuro entró al banco. Su presencia era imponente. Era el gerente, don Héctor, un hombre de 50 años que había pasado décadas trabajando en el sector financiero. Al ver a Elena, su expresión cambió drásticamente.

—¿Doña Elena? —dijo con una mezcla de sorpresa y reverencia.

La cajera, al escuchar esto, levantó la vista, confundida.

—Sí, soy yo —respondió Elena, con una pequeña sonrisa.

El gerente se acercó rápidamente y, para sorpresa de todos, se inclinó ligeramente en señal de respeto.

—Es un honor tenerla aquí. Por favor, acompáñeme a mi oficina.

La sala quedó en silencio. ¿Quién era esta mujer que el gerente trataba con tanto respeto?

En la oficina, don Héctor le ofreció un asiento cómodo y le sirvió un vaso de agua.

—Doña Elena, lamento mucho lo que ocurrió allá afuera. Usted merece más que eso.

La cajera, ahora visiblemente incómoda, fue llamada para que escuchara lo que don Héctor tenía que decir.

—¿Sabe quién es esta señora? —preguntó el gerente. Daniela negó con la cabeza, su rostro rojo de vergüenza.

Héctor comenzó a relatar una historia que dejó a todos sin palabras.

—Doña Elena no es solo una clienta más. Durante los años 70, cuando esta ciudad atravesaba una de sus peores crisis económicas, ella fue quien organizó a las costureras del barrio para crear una cooperativa. Gracias a su trabajo incansable, muchas familias sobrevivieron. Además, fue una de las principales donantes anónimas para la construcción del hospital que hoy atiende a cientos de personas.

La mirada de Daniela se llenó de arrepentimiento, mientras los ojos de Elena brillaban con humildad.

—Pero yo no hice nada especial. Solo intenté ayudar cuando podía —dijo Elena.

Héctor sonrió.

—Eso es lo que la hace más especial, doña Elena.

Héctor insistió en acompañar a Elena de regreso al mostrador. Al salir de la oficina, la gente que aún estaba en el banco la observó con asombro. Algunos, reconociendo su nombre, comenzaron a aplaudir tímidamente.

La cajera, todavía avergonzada, se acercó a Elena.

—Señora, lamento mucho mi comportamiento. No tenía idea de quién era usted.

Elena colocó una mano en su hombro y respondió con una voz llena de sabiduría:

—Hija, no necesitas saber quién es alguien para tratarlo con respeto. Cada persona que pasa por tu vida merece que la trates con dignidad, sin importar su apariencia o su historia.

El mensaje de Elena resonó como un eco en la sala. Era una lección simple, pero poderosa.

Al salir del banco, Elena llevaba consigo algo más valioso que su pensión: había dejado una huella en cada persona que estuvo presente.

Esa noche, mientras Elena tomaba su té en casa, reflexionó sobre lo ocurrido. No buscaba reconocimiento, pero entendió que sus acciones pasadas seguían teniendo impacto. Su vida era como una vela que había iluminado muchos caminos, incluso sin darse cuenta.

En el banco, Daniela aprendió una lección que nunca olvidaría. Desde ese día, trató a cada cliente como si fuera doña Elena, con amabilidad y respeto.

Elena sabía que, aunque el tiempo había cambiado muchas cosas, su esencia seguía intacta. Su historia era un recordatorio de que la verdadera grandeza no necesita ostentación; se encuentra en las pequeñas acciones hechas con amor.

FIN

Créditos a su autor

07/12/2024

Dato curioso que tal vez no sabias🤔😱

Las abejas tienen dos estómagos:

Uno para comer y otro para almacenar néctar y convertirlo en miel, que también se le conoce como buche

Abeja Influencer - Mile

Desde hace miles de años las abejas nos han entregado valiosos alimentos:

🐝miel,
🐝polen,
🐝 jalea real,
🐝cera,
🐝apitoxina…

provechosos para nuestra salud por contener ricos nutrientes naturales.

Las abejas absorben con su lengua el néctar de las flores que visitan, lo introducen en su buche y lo llevan a
la colmena donde se lo entregan a las abejas obreras que están cerca de la entrada.

Luego vuelven a salir en busca de más néctar.

En el interior de la colmena se ponen a trabajar para transformar el néctar en miel, ya que para hacerla, es necesario bajar el porcentaje de humedad:

desde un 60 % que tiene el néctar,
hasta un 18%, que tiene la miel cuando las obreras lo colocan
en las celdillas hexagonales que tiene el panal.

El proceso
puede durar varios días, dependiendo en gran medida de dos factores:

la humedad y temperatura ambiental.

Miles de abejas jóvenes, que todavía no han salido de la
colmena, se pasan el néctar enriqueciéndolo al mismo tiempo
con materiales que ellas mismas segregan.

Por la noche,
cuando todas las abejas se han recogido dentro de la colmena, algunas abejas jóvenes bajan la humedad hasta el 25 %, y agregan sustancias que todavía no han
sido muy estudiadas por los científicos.

El néctar es depositado en las celdas de los panales, donde todavía
seguirá perdiendo humedad, hasta alcanzar el grado de maduración perfecto, en torno al 18%.

La pérdida
de humedad hace que el néctar se espese y se convierta en miel.

Cuando las abejas comprueban que la miel está lista para ser guardada, sellan la celda con una fina capa de
cera.

Este proceso se llama el operculado de las celdas y es la señal de que la miel está lista para ser recogida de las colmenas.

Durante todo el proceso de deshidratación del néctar, la pérdida de humedad es aprovechada por las
abejas para refrigerar la colmena, creando corrientes de aire entre los panales por cientos de “abejas ventiladoras”, que moviendo velozmente sus alas consiguen bajar la temperatura interior de la colmena
en más de 15 grados.

Consiguen de esta forma mantener constante la temperatura del nido de cría, que
siempre ronda los 36 grados.

Gracias por leer 🌹
Tomado de la Red

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Monterrey
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+528180109727

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