
02/05/2025
Tus cambios no se valoran solo con el peso corporal cuando vas al nutriólogo, debes considerar los avances enfocados en tu salud.
1. Sé honesto sobre tus hábitos actuales: Informa al nutriólogo cómo comes realmente, cuánta agua tomas, tus horarios de comida y si haces ejercicio. Esto les da una base realista para ayudarte.
2. Establece metas realistas: Bajar de peso de forma saludable toma tiempo. Evita buscar soluciones rápidas; lo ideal es perder de 0.5 a 1 kg por semana.
3. Evalúa tu salud general: El nutriólogo puede pedir análisis clínicos (glucosa, lípidos, tiroides, etc.) para descartar causas médicas que dificulten la pérdida de peso.
4. Pregunta por un plan personalizado: Evita dietas genéricas o de moda. Tu plan debe adaptarse a tus gustos, rutina, historial médico y presupuesto.
5. Incluye tus gustos personales: Dile qué alimentos te gustan o no, para que el plan sea sostenible. También si hay algo que no estás dispuesta a eliminar del todo.
6. Apunta todas tus dudas: Lleva una lista de preguntas para aprovechar al máximo la consulta. Ej.: ¿Cuántas veces puedo darme un gusto?, ¿qué hacer si tengo ansiedad?
7. Comprométete con el seguimiento: Las consultas de control son clave para hacer ajustes, mantenerte motivada y resolver dificultades.
8. Evita automedicarte o tomar productos para adelgazar sin consultarlo con el nutriólogo.
9. Observa cómo te sientes, no solo el peso: A veces el cuerpo cambia antes que la báscula. Fíjate en tu energía, ropa, digestión, etc.
10. Ten paciencia contigo misma: Cambiar hábitos lleva tiempo. El objetivo es aprender a comer mejor para mantener el peso a largo plazo.