30/06/2023
En la mayoría de los casos un paciente llega a terapia buscando consejos y soluciones, pensando que sus problemas son falta de oportunidades o culpan a otras personas por lo que les aqueja. Así como buscan terapia ya buscaron hacerse la limpia, que les lean la mano, el tarot y el café. La suerte es de gran importancia para ellos, es su sistema de evaluación para el éxito y el fracaso; dicen: “aquella persona le ha ido bien porque nació con estrella”, acuden a su pensamiento mágico, buscando como quitar la mala racha, como atraer la buena suerte.
Bien dice el dicho: “el que madruga Dios lo ayuda”, pero se despiertan tarde y culpan a Dios, al destino, son víctimas de su destino y hay que encontrar como revertirlo, quizá la carta astral les pueda ayudar, el horóscopo del día para que no les tome desapercibidos y no desaprovechar esas oportunidades.
Se molesta consigo mismo por no poder hacer las cosas, sus metas tienen que ver con cómo conseguir lo que la sociedad de consumo les ofrece ya que esos son los emblemas del éxito y les dará por fin la SATISFACCIÓN PLENA.
A veces el culpable es el cerebro, entonces recurren a esa pastillita mágica que les va a quitar está angustia con la que ya no puede lidiar y que lo hacen inoperante, son un personaje más en su vida.
Pero el analista cambia las reglas: El paciente es el escritor de su destino, desde mucho antes de ser.
Hay mucho que perder en una historia larga de victimización, por lo que normalmente estos pacientes no continúan en psicoanálisis e imponen mucha resistencia, que si porque no me ayuda, que si porque no me dice nada, porque solo pierdo mi tiempo y no sirve esa terapia, nuevamente culpando al otro.
El psicoanálisis busca que encuentre su responsabilidad en los problemas que tiene, ¿Qué hizo y qué no hizo para encontrarse donde se encuentra? ya que no fue teletransportado al lugar donde se encuentra hoy en su sufrimiento, que advierta los automatismos, que cuestione su sentido común, sus criterios y valores.
El psicoanálisis si cura, pero no una cura como se ve en la medicina, sino una cura como la curaduría en la pintura, busca un cambio y un reposicionamiento en la verdad de su deseo.