13/03/2025
Los gritos dejan una huella en el cerebro del adolescente. La neurociencia confirma que cuando un padre grita constantemente, el cerebro del adolescente libera cortisol, la hormona del estrés.
Si esto ocurre con frecuencia, el cerebro puede desarrollar:
✔️ Mayor ansiedad y problemas de confianza. Se vuelve inseguro y duda de sí mismo en todo.
✔️ Dificultad para manejar sus propias emociones. No sabe cómo gestionar su enojo o tristeza.
✔️ Baja tolerancia a la frustración y tendencia a aislarse. Prefiere evitar situaciones que le generen presión.
⚠️ Un adolescente que crece en un ambiente de gritos, será un adulto con miedo a equivocarse.
📖 Ejemplo real:
Marcos, de 14 años, empezó a tartamudear cada vez que tenía que hablar frente a la clase. Su maestra notó que en casa su padre lo corregía con gritos constantes. Su cerebro había aprendido a asociar el error con una amenaza, y eso lo paralizaba incluso en la escuela.
📌 Corrige sin gritar. Usa frases como “Vamos a revisar esto juntos” en lugar de “¡Siempre lo haces mal!”. Así, el cerebro del adolescente no entrará en estado de alerta y podrá aprender sin miedo.
Autor: mi diario de autismo
