27/05/2025
👣
🔴 El PIE PLANO es una condición en la que el arco longitudinal del pie se encuentra disminuido o ausente, de modo que toda la planta del pie entra en contacto con el suelo al estar de pie. Esta alteración puede observarse en uno o en ambos pies y puede ser flexible (cuando el arco aparece al levantar el pie) o rígido (cuando el arco nunca se forma). Es una condición común en los niños pequeños, ya que los arcos del pie aún están en desarrollo, pero en la mayoría de los casos se corrige con el crecimiento. Sin embargo, cuando el PIE PLANO persiste en la adolescencia o aparece en la adultez, puede deberse a otras causas estructurales o funcionales.
Las causas del PIE PLANO incluyen factores hereditarios, laxitud ligamentosa (como ocurre en personas con síndrome de Ehlers-Danlos o síndrome de Down), debilidad o disfunción del tendón tibial posterior, obesidad, traumatismos, artritis reumatoide o lesiones que afecten los huesos o ligamentos del pie. En adultos, una de las causas más comunes es la disfunción del tendón tibial posterior, que lleva a un colapso progresivo del arco medial del pie. En algunos casos, el PIE PLANO puede también desarrollarse por el uso prolongado de calzado inadecuado que no brinda suficiente soporte.
Los síntomas del PIE PLANO varían dependiendo de si la condición es flexible o rígida, y si causa o no molestias. Muchas personas con PIE PLANO no presentan síntomas significativos y no requieren tratamiento. Sin embargo, en algunos casos puede generar dolor en el arco del pie, en el talón o en el tobillo, especialmente después de largos períodos de caminata o actividad física. También puede presentarse cansancio en los pies, inflamación en la parte interna del tobillo, dificultad para mantenerse de pie o caminar largas distancias, y en casos avanzados, deformidades como desviaciones del talón o colapso del arco. El PIE PLANO rígido suele generar más molestias y puede limitar la movilidad del pie.
El diagnóstico del PIE PLANO se realiza mediante la evaluación clínica, observando el arco del pie en posición de carga y sin carga, así como la movilidad del pie. Pruebas como la "maniobra del talón" permiten diferenciar entre PIE PLANO flexible y rígido. En algunos casos se complementa el diagnóstico con estudios de imagen como radiografías en carga, resonancia magnética o tomografía para evaluar el estado del hueso y los tendones, especialmente si hay dolor, rigidez o deformidad progresiva.
El tratamiento del PIE PLANO depende de la edad del paciente, el tipo de PIE PLANO y la presencia o no de síntomas. En niños pequeños asintomáticos generalmente no se requiere tratamiento, ya que la mayoría de los arcos se forman de forma natural con el tiempo. Cuando hay síntomas, el manejo conservador incluye el uso de plantillas ortopédicas personalizadas que brinden soporte al arco, calzado adecuado con buen soporte, ejercicios de estiramiento y fortalecimiento de los músculos del pie y del tobillo, y control del peso corporal. En casos más severos o cuando no hay respuesta al tratamiento conservador, se puede considerar la intervención quirúrgica, que puede incluir la reparación del tendón tibial posterior, osteotomías para realinear el pie o fusiones articulares en casos de PIE PLANO rígido.
El pronóstico del PIE PLANO flexible suele ser bueno y no limita significativamente las actividades de la vida diaria cuando se maneja adecuadamente. Sin embargo, el PIE PLANO adquirido en adultos o el rígido pueden evolucionar hacia deformidades más complejas si no se tratan oportunamente. Por ello, es fundamental realizar una evaluación médica adecuada en los casos en que se presenten síntomas o dificultades para caminar, a fin de prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida del paciente.