24/03/2021
MILAGROS DE JESÚS
En el curso de su ministerio, Jesús dedicó más tiempo a la curación de los enfermos que a la predicación. Sus milagros atestiguaban la verdad de sus palabras: que no había venido a destruir si no a salvar.
Esta fue su obra: Se dedicó hacer el bien y a sanar a todos los oprimidos por el mal y el dolor. Había aldeas enteras donde no se oía un gemido de dolor en casa alguna, Porque él había pasado por ellas y sanado a todos los enfermos. Su obra daba evidencia de su unción Divina. En cada acto de su vida revelaba amo, misericordia y compasión ; Su corazón rebosaba de tierna simpatía por los hijos de los hombres. Los más pobres y humildes no tenían temor de acercarse a él. Aún los niñitos se sentían atraídos por él.
Estos milagros de Jesús revelaban su poder divino que esta a disposición de cada uno de nosotros para hacer frente a nuestros problemas, luchas y desafíos y sufrimientos. Nos dan confianza de que con Jesús nada está perdido; que todo, en última instancia, tiene solución si lo ponemos en manos del Ser todo poderoso, que creo los cielos y la tierra, y que ejerce ese mismo poder en favor de cada uno de nosotros.