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“Trabajar duro no siempre es la respuesta”Conductas reforzadas, funciones encubiertas y rigidez en el repertorio"Trabajo...
25/06/2025

“Trabajar duro no siempre es la respuesta”

Conductas reforzadas, funciones encubiertas y rigidez en el repertorio

"Trabajo duro" es una canción de la película La princesa y el sapo, simboliza la historia de su protagonista. Tiana es una joven comprometida y disciplinada que trabaja sin descanso para cumplir su sueño. Al final de la canción, le preguntan si ha entendido el mensaje. Convencida, responde: “¡Sí! ¡Tengo que trabajar más duro!”

Todos hemos sido Tiana alguna vez: trabajando sin parar, justificándonos bajo frases como: “¡Es que yo no sé estar sin hacer nada!” Pero, ¿qué impacto podría tener esto en nuestras vidas?

Trabajar duro no es problemático en sí mismo. Lo importante es entender por qué se presenta y se mantiene esa conducta. En el caso de Tiana, el esfuerzo constante fue reforzado como única vía para lograr seguridad, independencia y metas. Pero cuando ese esfuerzo se mantiene cuando ya no hay condiciones que lo justifiquen, se transforma en una conducta de evitación: para no detenerse y exponerse al error.

Para comprender esto, debemos entender que nuestras conductas son el resultado de nuestra historia de aprendizaje. Tiana aprendió que esforzarse la acercaba a sus metas. Pero sin una visión objetiva puede seguir ejecutando la misma respuesta incluso cuando ya no es necesaria, adaptativa o saludable.

Cuando las conductas de Tiana se mantuvieron solo por lograr más, su repertorio conductual se redujo: solo sabía trabajar. Sin darse cuenta, dejó de lado el descansar o disfrutar del tiempo con su familia y amigos. Su conducta tomó una única dirección: hacer más.

Lo ideal es contar con un repertorio conductual amplio. Trabajar duro es útil bajo ciertas condiciones, pero si estamos de vacaciones o en un fin de semana tranquilo, esa conducta ya no es funcional. Debemos poder adaptarnos voluntariamente eligiendo la respuesta adecuada.

Claro que existen circunstancias especiales que pueden impedirnos actuar como quisiéramos, en esos casos, buscar ayuda de un especialista es la mejor opción. Pero muchas veces ese sobreesfuerzo no es por alcanzar una meta específica, sino por evitar el malestar que genera hacer algo diferente.

Hemos repetido tanto una misma forma de actuar que cambiarla (generar nuevos hábitos) se vuelve abrumador, tedioso, incómodo. Por eso mantenemos lo que ya conocemos, corriendo el riesgo de trabajar tan duro que el camino nos aleje de lo que realmente deberíamos valorar.

Antes de cerrar, vale la pena observar a otro personaje de la misma película: Ray (la luciérnaga), y su eterno amor, Evangeline (la estrella más brillante).

Al igual que Tiana, Ray tiene una meta clara: algún día se encontrará con Evangeline. Él no está obsesionado en llegar más rápido. Sabe que lo hará. Mientras tanto, su amor por Evangeline le da sentido a su vida: le permite disfrutar de sus amigos, de su entorno, de su presente.

Tal vez el problema no sea trabajar duro… sino trabajar tanto que olvidemos hacia dónde queríamos llegar.

Tal vez la clave no está en hacer más… sino en saber hacia dónde estamos mirando cuando lo hacemos.

Tal vez todos deberíamos de tener como meta a una Evangeline… y disfrutar del camino hacia ella.

Psic. Roberto Luján Saldívar
Titular del Área de Emociones, Conducta y Personalidad en Adolescentes

CEDIP

“DESDE QUE VIENE AQUÍ SE HA VUELTO MAS RESPONDÓN” Desafíos en el trabajo con padres e hijos“Desde que viene aquí, ya no ...
22/04/2025

“DESDE QUE VIENE AQUÍ SE HA VUELTO MAS RESPONDÓN”
Desafíos en el trabajo con padres e hijos

“Desde que viene aquí, ya no me hace caso”, “No era así”, “Se ha vuelto más respondón”. Son frases que he escuchado en psicoterapia. Y lo entiendo. Para algunos padres, el cambio en la forma en que sus hijos se comunican puede parecer desafiante e incómodo. Lo que antes eran silencios y obediencia, ahora es expresión y desacuerdos.

Estos cambios puedan percibirse como señales de que algo va mal, pero, la mayoría de las veces significan todo lo contrario: vamos por buen camino. Sé que leer esto puede ser igual de confuso, así que permíteme explicarlo.

Regular emociones es más que estar más tranquilos, menos tristes o enojados, sonreír más o “ser felices”, si bien, son indicadores que un padre toma como señal de que la psicoterapia está funcionando. Lo que realmente se busca es que se reconozcan emociones, se expresen y se actúe en consecuencia. Y es justo ahí donde aparecen los malentendidos.

Lo que a veces parece un problema de conducta es, en realidad, un intento de regular emociones. De reconocer sus propias necesidades y atreverse a expresarlas. De dejar de funcionar únicamente desde la complacencia o el miedo al conflicto.
Claro, incomoda. Porque pone sobre la mesa dinámicas familiares que antes se sostenían en silencio. Los procesos de aprendizaje en regulación emocional vienen acompañados con todo el paquete de expresividad incluido. Aquel adolescente que nunca expresaba lo que sentía, ahora se atreve a hacerlo.

Algunos padres puedan entender esto como si el psicoterapeuta estuviera poniendo a su hijo “en su contra”, pero, debemos comprender que lo que está ocurriendo no es malo.

Aquí es importante decir algo difícil de aceptar: la psicoterapia no es solo para el adolescente. Los padres también necesitan ayuda para desarrollar nuevos procesos de comunicación, negociación y, sí, aprender a regular y expresar sus emociones.

Y para eso, es fundamental que como adultos estemos abiertos a llevar a cabo ejercicios de comprensión, aprender a validar nuestras emociones y las de los demás, pero, sobre todo, estar dispuestos a equivocarnos sin dejar de intentarlo.

Así que, si estás llevando un proceso de psicoterapia con tu hijo o hija y ha comenzado a expresarse, a poner límites, a cuestionar o incluso a alzar la voz: felicidades, están avanzando.

Recuerda respira profundo. Guarda la calma. Acompaña a tu hijo. Muéstrale con el ejemplo cómo comportarse. Y si se te complica, recuerda: siempre es un buen momento para pedir ayuda.

“Nadie nace sabiendo cómo ser padre”

Saludos
Psic. Roberto Lujan Saldivar
Psicólogo titular del área de emociones y conducta en adolescentes.

El arte como herramienta auxiliar en la psicoterapia:Reconocimiento de emociones en adolescentes Hace unos días, una pac...
05/04/2025

El arte como herramienta auxiliar en la psicoterapia:
Reconocimiento de emociones en adolescentes

Hace unos días, una paciente me compartió algo que me pareció muy valioso. Mientras se desarrollaba la sesión, me contó con una sonrisa entre nostálgica y divertida que había visto una película. Mientras la miraba, comenzó a llorar. De pronto, eso que llevábamos varias sesiones trabajando por fin se reveló, sintió que por fin podía explicar cómo se sentía. Aquella película le ayudó a reconocer sus emociones.

Si bien, la base de estas reflexiones es precisamente esa, el cine como medio para explicar ciertos temas de psicoterapia. Aquel comentario me hizo reflexionar en algo que cobró mucha más fuerza: a veces, una película, una canción o una expresión artística pueden abrir puertas que la psicoterapia sola no puede forzar.

Uno de los mayores desafíos al trabajar con adolescentes y sus emociones es que muchos de ellos llegan a consulta sin saber cómo expresar lo que sienten. No es que no tengan emociones; al contrario, muchas veces sienten de forma muy intensa, pero no tienen las herramientas para ponerle nombre a ese torbellino de sensaciones. Y cuando no podemos expresar lo que sentimos, el trabajarlo se vuelve más complicado.

Y veamos, el trabajo del psicoterapeuta no se basa solo en generar un aprendizaje en el paciente que facilite la modificación de los patrones de conducta disfuncionales, los consultantes deben comprender, quizás a un nivel menos técnico, lo mismo que el psicoterapeuta comprende. Con esto en mente, podemos entender que las emociones no son cosas que “tenemos”, sino conductas aprendidas. Son respuestas complejas que han sido moldeadas por nuestra historia, nuestras experiencias y nuestro contexto. Tienen una función adaptativa: nos informan sobre lo que está ocurriendo en nuestro entorno y nos preparan para actuar. Pero si no aprendimos a identificarlas o expresarlas de forma adecuada, muchas veces las evitamos, las reprimimos o las sacamos de forma desproporcionada.

Ahí es donde el arte en general entra como un recurso potente. Una película puede poner en imágenes lo que un adolescente aún no logra verbalizar. Una canción puede decir exactamente lo que siente, sin que él o ella tenga que explicarlo. Una historia puede reflejar un malestar que aún no se atreve a mirar de frente.

En psicoterapia, se pueden utilizar estas expresiones artísticas no solo como una herramienta de trabajo, sino como una vía legítima de reconocimiento emocional. Escuchar una canción y preguntarle al adolescente: “¿Te identificas con esa parte?”, o ver una escena de una película y decir: “¿Eso te ha pasado a ti?”, muchas veces genera una apertura que de otra forma sería muy difícil lograr.

Y ojo, ver una película, escuchar música o pintar un cuadro no te va a dar una solución mágica al problema, pero es posible que te ayude a marcar el norte en ese mapa que aún no puedes recorrer. Eso, en psicoterapia, se escucha como: “Esto es lo que siento. Esto es lo que me pasa. Ahora lo entiendo.” Y desde ahí, empezamos a trabajar con más claridad, con más conciencia.

Porque al final, no se trata solo de reconocer emociones por nombrarlas, sino de saber qué hacer con ellas. Y para eso, primero hay que encontrarlas.
Así que, la próxima vez que veas a un adolescente tararear una canción una y otra vez, llorar con una escena de película o hablar de una historia con la que se identificó, no lo minimices. Tal vez no es solo arte. Tal vez es su forma de reconocer y decirte que hay algo que necesitas saber.

Saludos

Psic. Roberto Luján Saldívar
Psicólogo Titular del Área de Emociones y Conducta en Adolescentes
Centro de Evaluación, Diagnóstico e Intervención Psicológica y Neuropsicológica

Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad - entre mitos, leyendas y tabúes. se vale compartir
29/02/2024

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Psicólogo Nehemías Cuamba Osorio

Centro de Evaluación y Diagnóstico Psicológico; Psicoterapia Infantil y del Adolescente; Atención a Niños, Adolescentes y Adultos Jóvenes; con mas de 13 años de experiencia profesional.