23/09/2025
NO, EL PARACETAMOL NO CAUSA AUTISMO. LO QUE SÍ LO AGRAVA… ES LA IGNORANCIA CON PODER.
Otra vez buscan culpables.
Y otra vez, la culpa cae sobre las madres.
Ahora dicen que fue el paracetamol.
Como antes dijeron que fueron las vacunas.
Como durante décadas han dicho que fue la crianza, la mirada, la falta de apego o el exceso de independencia.
Siempre es más fácil señalar a las madres que revisar al sistema.
Siempre es más cómodo culpar que transformar.
¿Qué pasó ahora?
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que el consumo de paracetamol (Tylenol) en el embarazo podría estar relacionado con el autismo.
Lo dijo como quien revela un misterio.
Pero lo que realmente reveló… fue el nivel de desinformación al que puede llegar el poder cuando no se respalda en ciencia, ni en ética, ni en responsabilidad pública.
El anuncio generó alarma.
Las redes estallaron.
Y muchas madres comenzaron a preguntarse si lo que tomaron durante el embarazo podría haber “provocado” el diagnóstico de sus hijos.
No.
No lo provocó.
Y es urgente decirlo con claridad.
No solo por las madres.
Sino por la verdad.
¿Qué dice la ciencia real?
En los últimos años se han publicado distintos estudios sobre este tema. Algunos hallaron correlaciones débiles; otros no encontraron relación significativa. Y uno de los más robustos, publicado en 2024 en JAMA, con más de 2 millones de niños incluidos, fue contundente:
“El uso de paracetamol durante el embarazo no está asociado con mayor riesgo de autismo, TDAH o discapacidad intelectual en los hijos.”
Lo dicen los datos.
Lo dice el análisis con grupo control de hermanos.
Lo dice el método científico.
Y sin embargo, el discurso político ignora todo eso… para volver a señalar.
¿Y si el problema no es el medicamento, sino la causa que lo vuelve necesario?
Como ha señalado el Dr. Carlos Orellana, incluso en los estudios que hallan alguna asociación, no se puede descartar que el vínculo esté en la fiebre o la inflamación que llevó al uso del medicamento, no en el medicamento en sí.
Sabemos que la fiebre materna puede generar riesgos durante el embarazo.
Sabemos que el sistema inmunológico en la gestación es una danza compleja.
Y sabemos que hay factores genéticos que hacen a algunos bebés más vulnerables a ciertos contextos adversos.
Pero eso no significa que el paracetamol cause autismo.
Significa que la salud materna debe cuidarse, no politizarse.
Y que la ciencia debe guiar las decisiones, no los discursos del miedo.
Lo verdaderamente grave: se ignora lo que sí tiene evidencia
Mientras se apunta al paracetamol, se oculta un dato clave:
El valproato, un medicamento antiepiléptico usado durante el embarazo o por el padre en los tres meses previos a la concepción, sí está asociado con mayor riesgo de autismo y otras alteraciones del neurodesarrollo.
Esto no es opinión.
Está documentado en las guías NICE del Reino Unido, y respaldado por investigaciones revisadas por pares.
Pero nadie lo menciona.
Porque no es popular.
Porque señalar a la madre es más rentable que cuestionar un sistema médico y farmacéutico que decide qué se visibiliza… y qué se calla.
¿Por qué este discurso es peligroso?
Porque no solo es falso.
Es violento.
- Estigmatiza a las mujeres embarazadas.
- Genera culpa en las madres de personas autistas.
- Asusta a quienes enfrentan fiebre o dolor durante la gestación, lo que puede derivar en riesgos obstétricos reales por no tratarse adecuadamente.
- Desvía recursos, atención e investigación hacia explicaciones fáciles, en lugar de invertir en diagnósticos dignos, intervenciones basadas en evidencia y políticas de apoyo reales.
Y lo más grave:
Refuerza la idea de que el autismo es un error que alguien cometió, y no una forma legítima de ser en el mundo.
La verdad que incomoda: el autismo no tiene una sola causa
El autismo primario o idiopático es el resultado de una compleja interacción entre cientos de genes y múltiples factores ambientales.
No hay una causa única.
Ni una pastilla.
Ni una sustancia.
Ni una sola persona a la que señalar.
Sí existen formas de autismo secundario o sindrómico, en los que se identifican causas médicas o genéticas específicas. Pero incluso en esos casos, la ruta no es simple ni lineal.
Querer reducir el autismo a una causa externa única es científicamente incorrecto y éticamente inaceptable.
Lo que sí necesitamos:
• Acceso real a diagnósticos serios y éticos.
• Apoyo a las familias, no culpabilización.
• Investigación financiada con rigurosidad científica, no sensacionalismo.
• Información accesible y clara para el público.
• Y sobre todo: una sociedad que deje de buscar culpables y comience a construir entornos dignos para todas las personas.
¿Qué hacer entonces?
- Si estás embarazada y tienes fiebre o dolor, consulta con profesionales responsables.
- Si eres madre de una persona autista, no permitas que te culpen por algo que no hiciste.
- Si eres profesional, comparte información con ética y evidencia.
- Si eres tomador de decisiones, financia investigación real, no especulación mediática.
Y si eres sociedad… deja de señalar con el dedo. Y empieza a mirar con el corazón.
Porque no, el paracetamol no causa autismo.
Pero lo que sí lo agrava…
es un mundo que sigue prefiriendo la culpa,
en lugar de construir respeto.
Y el poder que, en vez de proteger, desinforma.
✍️ Luis Antonio Hernández
Psicólogo, especialista en autismo, director de Eko Autismo
Padre. Educador. Ciudadano ético comprometido con la verdad.