21/01/2024
EL PARTO EN EL MÉXICO PREHISPÁNICO
Llegado el momento del parto la joven era llevada al temazcal, en donde se le bañaba. Terminado este paso, se le daba a beber la raíz de una yerba llamada cihuapactli, que provocaba contracciones. Si no era suficiente, se acudía a la cola del tlacuache molida con agua. Acto seguido se adoptaba la posición para parir, que según vemos en códices y en esculturas, era en cuclillas.
Si la mujer moría en el trance de dar a luz se convertía en mocihuaquetzque (mujer valiente) o cihuateteo ( mujer diosa), pues el parto se consideraba un combate. Se le deparaba acompañar al Sol en su recorrido desde el cenit hasta el ocaso, lo que constituía el rumbo femenino del universo.
Si el niño nacía con bien, la partera daba voces como guerrero, pues la madre había vencido y capturado un prisionero. Le dirigía al recién nacido hermosas palabras y procedía a cortar el cordón umbilical. Si era varón, el cordón se entregaba a un guerrero de la familia para que lo enterrase en el campo de batalla, para que el niño fuera atraído hacia la guerra; si era mujer, el cordón se enterraba dentro de la casa para que se apegara a los quehaceres del hogar. Mientras se lavaba al nuevo ser se le decían bellas palabras y advertencias.
Varias láminas de códices muestran al niño recién nacido unido a su madre por el cordón umbilical. Ésta tiene los senos llenos para alimentar al recién nacido y el vientre flácido, como se ve, por ejemplo, en el CódiceNuttall (p. 27). Por cierto que debajo de la madre hay una masa roja que se ha identificado con la placenta.
Después del nacimiento se procuraba conocer el destino del niño, por lo que se acudía con el tonalpouhque, quien preguntaba la hora y el momento del parto. Después revisaba los libros para ver cuál sería el destino de la criatura, según el signo correspondiente. Acto seguido se disponía todo lo necesario para hacer lo que los frailes llamaron "bautizo", en donde se le echaba agua a manera de una planta para que reverdeciera y creciera. Algo similar se hacía entre los mayas.
Tomado de Eduardo Matos Moctezuma, “Embarazo, parto y niñez en el México prehispánico”, Arqueología Mexicana, núm. 60, pp. 16-21.
Foto 1
En algunos pueblos mesoamericanos, la posición más común para parir, según se ve en códices y esculturas, era en cuclillas. Códice Vaticano S, p. 74.
Reprografía: Marco Antonio Pacheco / Raíces
Foto 2
En el Códice Nuttall (p. 27) se ve al recién nacido unido a su madre por el cordón umbilical. Ésta tiene los senos llenos para alimentar a su hijo y el vientre flácido.
Reprografía: Marco Antonio Pacheco / Raíces