
10/04/2025
La sobreprotección parental, caracterizada por la excesiva intervención y el blindaje de los niños ante cualquier dificultad o riesgo, puede tener efectos perjudiciales significativos en su desarrollo. Al privarles de la oportunidad de enfrentar desafíos apropiados para su edad, se obstaculiza el desarrollo de la autonomía y la independencia. Los niños sobreprotegidos tienden a ser menos capaces de tomar decisiones por sí mismos, resolver problemas y asumir responsabilidades, lo que puede generar inseguridad y dependencia en etapas posteriores de la vida.
Además, la falta de exposición a situaciones adversas limita el desarrollo de la resiliencia y la capacidad de afrontamiento. Al no experimentar frustraciones o fracasos, los niños pueden volverse menos tolerantes a la dificultad y más propensos a la ansiedad y la baja autoestima ante los obstáculos inevitables de la vida. En última instancia, la sobreprotección puede impedir que los niños desarrollen las habilidades necesarias para desenvolverse de manera efectiva y segura en el mundo, limitando su potencial y su bienestar emocional.